The Professor - Wayne Roberts (2018)
El profesor es una de esas películas que vuelan bajo el radar y son ignoradas por las grandes audiencias a pesar de contar con una gran estrella. Supongo que mucha gente está harta de ver payasear a Johnny Depp y que nadie supera su personaje de Jack Sparrow. Sé que este filme bebe de los vicios de la programación gringa, pero si puedes ver el hueso entre la grasa tendrás tu recompensa. Esta cinta me parece la más apropiada para la pandemia. La historia utiliza el buen humor para combinar dos moldes: el de aquel que comienza vivir cuando le anuncian que le queda poco tiempo; y el del profesor de literatura que inspira a sus alumnos. Yo disfruté esta cinta y hasta solté las lagrimas, porque en esos frascos logra meter las relaciones de pareja, las relaciones entre padre e hijos y la amistad. Es un filme sabroso y creo que si los gringos no lo amaron es porque sufren de un terror patológico a la vejez y a la muerte. Si esos temas también te aterran, evita la cinta.
Si por el contrario, estás en paz con la Muerte y sabes que hoy puede ser el último, está película es para ti. Richard, el profesor del título interpretado por Mr. Depp, no es extraordinario, simplemente decide ser honesto. Decir la verdad lo libera. Quizá lo más atrevido de este profesor es mandar al carajo las juntas de terapia. Él sabe que se va a morir y no tiene deudas pendientes. Bienvenida sea la Muerte.
La cinta no muestra qué lo desvió del camino, eso me parece un gran acierto. Todos sabemos que fácil es hacer concesiones pendejas por miedo a perder el empleo, la pareja o los amigos o decepcionar a los hijos. Lo cierto es que si haces lo posible por complacer a todos terminas siendo nadie.
Yo tuve profesores como éste que ofrecieron un 6 a todos los que no estaban interesados en la materia y otros que invitaron alcohol, pero nunca los dos en uno. Me consta que un profesor inspirado te cambia el día, el semestre y quizá la vida. Doy gracias a todos los profesores que no requerían de la pose y que me dieron lecciones de vida.
Los invito a decir siempre la verdad, a no ocultarnos detrás de la mentira blanca, a expresar nuestros pensamientos y, si son profesores o padres, a inspirar a otros a romper el cascarón y encontrar su camino. Richard dice que todos los que nunca han leído un libro por placer deben salir de su clase. Suena rudo, pero la lectura es un placer que se enseña en casa. Si nos allí, después es muy difícil adquirirlo.
Un detalle genial es el "estate quieto" que pone a la alumna feminista. No porque sea malo ser feminista. Pero hay momentos para todo, y la ideología no debe interferir con el placer de estar vivo. (Ab.)
Si te gusto esta reseña agradecida, compártela con un borracho simpático.
Comentarios
Publicar un comentario