Human Nature- Adam Bolt (2019)




Human Nature
está en Netflix y es un documental sobre genética que muestra sus más recientes avances, en especial el descubrimiento y utilización de una cosa llamada CRISPR 
(repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas) que aislaron de unas bacterias y que permite recortar las cadenas de ADN. Con ello es posible modificar los genes de todo tipo de animales, incluido el hombre, y si bien puede ser usado para curar enfermedades y cosechar órganos en cerdos, también puede ser usado para transformar a los seres humanos en un nuevo animal. El documental muestra poca variedad de opiniones, pero en general mira con buenos ojos el descubrimiento. Hay un argumento que encuentro coherente en lo que refiere a las armas pero que no me parece aplicable al caso de la genética. La lógica indica que una herramienta, por ejemplo, un cuchillo, fue creado para facilitar el trabajo humano pero puede ser utilizado para hacer daño. Lo mismo sucede con una pistola, puede usarse para defensa personal pero también para matar sin razón. En ambos casos, las herramientas son sólo eso y el hombre que las utiliza decide ocuparlas para bien o para mal. En el caso de la ingeniería genética, el asunto no es tan simple. Lo primero que es necesario decir es que las alteraciones genéticas provocadas por el hombre no son idénticas a las provocadas por la naturaleza. Para empezar, el hombre desconoce los parámetros que utiliza la naturaleza para permitir  o provocar un cambio genético. Además estos cambios resultan en la existencia de un ser vivo que será fuente de nuevos seres vivos con el cambio incorporado. El ser humano es el animal más peligroso del mundo, no es un vegetal, es un depredador. Es decir, el cambió genético en un ser humano tendrá un efecto mucho mayor, quizá más incontrolable, que el que tienen los vegetales genéticamente modificados y, lo peor del caso, no sabemos cuál será. Por lo que muestra el documental los científicos creen que un gen tiene una sola función, pero no estoy seguro de que así sea. Un gen debe tener un equilibrio en la cadena, cambiarlo es romper ese equilibrio. Si en un auto no puedes cambiar un carburador cualquiera por otro, no es lógico pensar que cambiar un gen por el que más nos gusta no tendrá inconvenientes.


La cinta argumenta que la agricultura es casi lo mismo. Tal argumento es infundado. Que los genetistas jueguen con las mismas herramientas que jugaron las civilizaciones anteriores con sus hijos y no lograrán lo que logran con el CRISPR en un ser humano. No hay comparación. El humano, a través de la caza, ha extinto animales que consideró nocivos o que sobrexplotó y esa biodiversidad perdida rompió un equilibrio que la naturaleza intenta reparar, fueron cambios lentos que permitieron una adaptación del entorno o que la naturaleza todavía intenta compensar. Los cambios que se pretenden en la concepción de los hombres son aberrantes y provocarán desequilibrios cuyos efectos desconocemos y no podemos imaginar. 

Es evidente que los humanos somos malos decidiendo que se hará en el futuro, basta notar que somos incapaces de controlar el crecimiento de nuestra población. Ahora se busca la inmortalidad y el diseño a capricho de los nuevos hombres. Una tontería por dónde lo mires. Pero el documental lo deja a tu criterio. Huxley escribió El mundo feliz, Shelley escribió Frankenstein y no somos capaces de aceptar que jugar con la naturaleza es inapropiado. Lo más triste del documental, y el director lo sabe, es que sólo un niño es lo suficientemente listo para reconocer que cada cosa en el universo tiene una razón de ser y que no vale la pena seguir el camino de la transformación genética. Un niño es más listo que todos los científicos entrevistados. Gran ironía. (Ab.)

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