El hacha diabólica - José Díaz Morales (1965)


Dicen que El hacha diabólica es la mejor película del Santo. Para hacer una afirmación así es necesario haberlas visto todas y yo no me atrevo. La historia comienza, supongo, en 1600 porque en 1603, 
en un monasterio, se celebra el funeral del Enmascarado de Plata (así dice la lápida de unicel). Quiero creer que el amor por Isabel de Arango duró más de tres días si lo llevó a luchar por ella. Según explica el filme, el Santo era un hombre noble y rico que renunció a todo para pelear por el bien, con tan mala suerte que le mataron a la novia interpretada por Lorena Velázquez. Su asesino fue juzgado por la inquisición pero se transformó en murciélago de esponja negra y huyó de la hoguera en que debía morir, amenazando con castigar a los descendientes del Santo. No dudo de la belleza de Lorena, pero durar enojado durante siglos por ella, me parece idiota. Por su parte, el héroe se muere de tristeza en el monasterio de su retiró después de la desaparición de su amada. El Santo reencarna en el siglo XX y recibe de su padre el disfraz, así lo llama. La capa y la máscara son de un material indestructible. La máscara tiene grabado un triángulo de letras que representa la fuerza del bien y en el que se lee Abracadabra.  Ese signo protege a su dueño contra todo maleficio. Además tiene la facultad de dar fuerza al distinguido portador en caso de extrema necesidad. La capa es un diseño excepcional de chaquira y lentejuela. A través de la hipnosis, el luchador viaja por la consciencia universal para descubrir que sólo podrá vencer a su oponente quitándole la máscara.

Lo alucinante de la trama permite reír de su ingenuidad y ambición. Mezclar lo policiaco con el terror es algo complicado, así que no esperes grandes cosas. Mientras menores sean tus expectativas, más te divertirás. Descubrir el alcantarillado del 1600 es un detalle imperdible. Que en el siglo XVII, Arimán, señor de las tinieblas, transforme en luchador a un espadachín, es una audacia propia de genios.

Los efectos especiales súper chafas son parte de la gracia. Las escenas de relleno son lo máximo. Este filme está lleno de detalles divertidos. Checa el altar demoniaco o cómo el doctor examina con una lupa la máscara del Santo sin quitársela.

La música es simplona y repetitiva, en todo momento pretende señalar el misterio y el peligro. Además el pobre Santo sufre de un debilidad por las mujeres que mueren. La secuencia de la glorieta en que el Santo detiene su Karmann Ghia descapotable para platicar con su novia Alicia es una locura de diálogos absurdos. Supongo que mientras iban por el camino no podían conversar por el ruido del motor VW.

Otro detalle glorioso es que el Santo sabe que su rubia Alicia fue asesinada; pero la cinta no muestra cómo se entera. 
Si nunca has visto un filme del Enmascarado de plata no permitas que las incongruencias te desanimen. En ellas radica la gracia de estas cintas que alimentaron la leyenda. Piensa que estás viendo al ancestro de la Roca y que no contaba con dinero suficiente para efectos especiales ni para un escritor sensato. 

De cualquier modo el Santo se convirtió en leyenda gracias a su trabajo sobre el 
cuadrilátero y este filme no lo olvida, buena parte de la cinta sucede en la arena. Incluso da un poco de tristeza ver la pobreza del camerino. Evidentemente hay final feliz o algo parecido. (Ab.)

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