Stöld - Elle Márjá Eira (2024)
ROBO, en Netflix, basada en el libro de Ann-Helén Laestadius, es una cinta de denuncia, porque también en Suecia se cuecen habas. Los samis (pueblos lapones) son un grupo étnico que habita en Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia cuya subsistencia depende de los renos y la pesca. Pero su actividad ganadera se ha visto amenazada por la idea de progreso dominante. Algunos suecos sienten que la protección que recibe el territorio sami los limita y aunque no pueden atacarlos fisicamente, se quejan constantemente de su estatus especial y matan a sus renos para afectar sus ingresos y sacarlos del negocio. En ese contexto, conocemos a la niña Elsa. Ella escoge un reno blanco al que pone nombre y marca haciendo un corte en la oreja. Después atestigua que un hombre mata a su reno, la descubre escondida, le hace seña de callar y la amenaza de muerte. Elsa recoge la oreja de su reno y acude con su padre a presentar la denuncia. En la estación de policía descubre que el atacante platicando. A causa del miedo, no cuenta todo lo que vió. Años después, el mismo hombre sigue matando renos. La subsistencia de la comunidad sami se ve amenazada por la apertura de una mina que, además de afectar las áreas de pastoreo, constituye una barrera para el desplazamiento de los renos en el cambio de temporada.
La cinta se hace muy agradable por los paisajes blancos, las auroras boreales, los renos y las ropas tradicionales. En contraste, la molestia se acumula al ver el nivel de descaro del asesino de renos, la inmensa pereza de la policía y la pasividad de la comunidad sami que está muy temerosa de reaccionar.
La película tiene algunas escenas que sobran y asuntos que apenas se dejan ver. Pero es muy interesante ver el racismo entre blancos. Queda muy claro que cualquier pretexto sirve para la polarización y el odio y que algunos vivos utilizan estas diferencias para joder y obtener provecho económico.
Otra cosa interesante es la desinformación. Se acusa a los Sami de matar sus propios renos para obtener la indemnización. El hombre es el lobo del hombre y, para serlo, le bastan migajas. La cinta es realmente interesante, pero al principio me costó trabajo seguirla porque todos van muy cubiertos y los blancos se parecen mucho. No es broma.
Otro punto divertido es que algunos turistas gringos no tienen madre, lo mismo se sacan fotos con niños chiapanecos, que con cualquiera que luzca diferente sin importar si están en Africa, Asia, Oceanía o Europa. No sé cómo se llegó a ese nivel de tontería pero supongo que mientras paguen, obtendrán sus fotos. (Ab.)
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