Fitting In - Molly McGlynn (2023)
La cinta es valiente en lo fácil. El tema no es un paseo por el parque pero decide que el síndrome es de origen natural y está fuera de nuestro control. Prefieren señalar el machismo de un médico cabrón que maltrata a la paciente tratándola como un caso de estudio sin tomar en cuenta el efecto emocional y psicológico de exhibirla; antes que buscar culpables reales. Hubiera sido interesante indagar sobre el origen de las anomalías, quizá sean consecuencia de los alimentos procesados o de las hormonas de crecimiento de los animales de granja.
La historia es entretenida y transmite su mensaje. La foto funciona y los lugares dan la impresión de ser cualquier pueblito cerca del lago con una comunidad pacífica. Pero los personajes principales son nefastos. La madre de Lindy podría ganar el premio a la peor terapeuta del mundo. Es incapaz de hablar con su hija y no ha podido superar el abandono de su pareja, ni la muerte de su madre, ni la mastectomía.
Por otra parte, Lindy es estúpida y desinformada como si no tuviera acceso a Internet o fuera hija una persona sin educación. La tipa no se atreve a tener sexo con su novio Adam, pero lo hace sin protección con Chad, el primer idiota que le sonríe, y con Jax, una persona intersexual. Abandona el atletismo en un berrinche, llega tarde a casa, miente en todo. Ni mariguana le cuenta al novio sobre su condición, tampoco a su amiga, pero en una fiesta, con alcohol, le cuenta a un tipo cualquiera y luego se sorprende de que toda la prepa lo sepa.
Por Dios, la tipa puede estar confundida y triste, pero es voluble y nociva como la chingada. Supongo que jamás oyó de las enfermedades de transmisión sexual o quizá crea que por tener un aparato reproductor incompleto no puede enfermarse. Es incapaz de aceptar que es responsable directa de que todos sepan sobre el síndrome que le afecta. Ella destruye su realidad con su incapacidad de comunicarse, sus mentiras y sus arrebatos.
Yo también fui adolescente y siempre me pareció obvio que había asuntos que eran míos y de nadie más; otros que sólo podía compartir con mis padres y muchos otros de los que disfrutaba hablar libremente. La información es poder, no se debe confiar en todos, el chisme corre como la lumbre y las amistades pueden terminar de un día para otro.
Supongo que la mayor parte de la historia es ficción, pero si la escritora y directora reprodujo experiencias en Rita, Vivian o Lindy, resulta obvio que las personas reales necesitan con urgencia ir a terapia. Su comportamiento no es producto de la confusión propia de la edad y las hormonas, son personas profundamente perturbadas e irresponsables. Además, considero que una película feminista no debería mostrar como algo inocente el consumo de mariguana. (Ab.)
Me preocupa que Maddie sólo haga películas deprimentes. Si te pareció útil esta reseña, compártela.
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