Napoleon - Ridley Scott (2023)


 NAPOLEÓN, en Apple, no es una biografía, es la historia de un amor como no hay otro igual que le dio luz a mi vida, apagándola después... Entiendo la decepción general ya que no es un curso de historia (no aprenderás ni comprenderás lo que no sepas de la historia de Francia), ni una lección de estrategia bélica, ni un recuento de logros cívicos. Esto es un romance constantemente interrumpido por la guerra y la política. Es como ver Priscilla (2023) y descubrir que todo se trata de Elvis Presley. Este filme pudo llamarse Josefina y haber logrado éxito rotundo entre las mujeres. El Napoleón de Joaquin Phoenix no es un macho alfa, es apenas un muchacho nervioso con mucha suerte, manipulado por su madre y su esposa que destruyó mis expectativas. El fuerte de la cinta son sus imágenes, nada hay que reprochar en ese aspecto. Todo es bello y parsimonioso, pero la historia no fluye. Las batallas rompen el hilo. Estar en Egipto o en Moscú, en la isla de Elba o de Santa Elena, revienta el romance. No son las cartas de Jonathan Harker a Mina en Drácula, pero es más cercana a eso que a Batman. No hay héroe, no hay líder, no hay construcción del éxito. Todo es circunstancial y contexto para ese amor cuyo final evoca a Romeo y Julieta. 

Quizá ese es el error de la cinta, las imágenes poco hablan del hilo que las recorre. Son dos películas. Una de guerra con escenas increíbles y otra de amor con un par de coitos poco sexys. Parece que el buen Ridley no supo cuál quería hacer o permitió que los productores lo obligaran a incluir el romance.

Las batallas son estupendas pinturas, envidia de cualquiera. Pero carecen de contexto. Asumir que la audiencia tiene un nivel de cultura general que llene los huecos fue una apuesta loca en tiempos de la posverdad. ¿Cuántas personas se han tomado la molestia de leer una biografía de Napoleón? Yo no. He leído la de Lord Byron, la de Dalí, la de Jim Morrison, pero la de Napoleón ni siquiera está entre mis pendientes. 

Por lo que refiere al romance, Vanessa Kirby es lo mejor de la cinta y, con la ayuda del guión, se come vivo al bueno de Joaquin Phoenix. Incluso en el divorcio, ella guarda el rencor en la pasividad, mientras él se exaspera. Yo creo que Mr. Scott puede y debe hacer dos películas. Una, histórica con explicaciones de la lucha política. Y otra, sólo sobre el deseo y el amor de Josefina y Napoleón. Ojalá suceda. Cabe señalar que a pesar de la fragmentación y la duración (2 horas y media), la cinta nunca aburre. Y eso, hoy, es un gran mérito. (Ab.)

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