Trading Places - John Landis (1983)


De mendigo a millonario
es uno de esos filmes que se te quedan en la memoria gracias a su premisa. La idea del filme, además de apoyar el capitalismo, es determinar si un hombre es fruto de sus circunstancias o si el carácter viene impreso en la sangre. Ganó premios y fue un éxito de taquilla sin necesidad de efectos especiales, ni superhéroes ni viajes 
interestelares ni temporales, por eso es fácil relacionarse con ella a pesar de que las situaciones son poco realistas. La historia inicia en Filadelfia, la ciudad del amor fraternal, y eso es un guiño inteligente. La historia es que los hermanos Duke, Randolph y Mortimer, ricos de abolengo, apuestan un dólar y juegan con el destino de dos hombres. Cambian el entorno de un estafador negro, Valentine, para descubrir si se convierte en un hombre socialmente exitoso al tiempo que arruinan a un hombre blanco, Winthorpe, para averiguar si se convierte en un delincuente. 

El experimento avanza a la perfección, el negro se vuelve refinado y honesto, mientras el blanco cae en la desesperación. Pero una causalidad hace que Valentine descubra la apuesta y decida dar una lección a los multimillonarios.


Aquí hay una nota de incorrección política exquisita. Valentine debería estar muy agradecido con sus patrones porque le cambiaron la vida al mostrarle un mundo que no conocía. Sin embargo, saber que lo desprecian por su color de piel, le hace justificar una venganza innecesaria. Si alguien debería estar molesto es Winthrope. Esta revancha es un asunto social de resentimiento mal justificado a través del racismo. El desquite es producto de una falsa superioridad moral, de un puritanismo que se muerde la cola. 

En una escena, los patrones dicen que quizá no deberían ser severos con Winthrope, Valentine afirma que si tiene dinero para drogas, debe ser castigado con todo el peso de la ley y un minuto más tarde está fumando la droga que recogió. Hipocresía. Ni Valentine ni Winthorpe son mejores que los Duke, simplemente ahora pueden ejercer su capricho del mismo modo que antes hicieron Randolph y Mortimer.

El resentimiento social también es visible en Coleman, el mayordomo. Aunque realiza su trabajo con profesionalismo, cuando ve la oportunidad de joder a sus abusivos empleadores, la aprovecha. El único personaje puro, es la prostituta Ophelia que ayuda a Winthrope e incluso soporta sus groserías, justificándose con el discurso de que está invirtiendo. Para mí esta cinta contiene el germen de Pretty Woman (1990).

Ophelia es mi personaje favorito. Es la más libre, la única que parece conocer su lugar y aceptar sus circunstancias. Ella es siempre clara y abierta y recibe su recompensa. Los Duke quiebran y aunque tienen todas las herramientas para salir adelante, quizá sus enemigos no lo permitan. Para mí la moraleja es que el empleado siempre odia un poco a su patrón. SIEMPRE. 

La escena en la casa de bolsa es utilizada para ilustrar la especulación. Sin embargo, dentro del filme no cuadra. Valentine y Winthrope reciben dinero de Ophelia y Coleman, así que al llegar a la casa de bolsa deberían comprar acciones para poder jugar. Pero eso no sucede. El filme muestra a este par vendiendo acciones y después comprando. ¿Cómo pueden vender algo que no tienen? (Ab.)

Si te gustó esta reseña, compártela con la gente a tu servicio.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Love & Other Drugs - Edward Zwick (2010)

Creed III - Michael B. Jordan (2023)

Elemental - Peter Sohn (2023)