Tôkyô goddofâzâzu - Satoshi Kon (2003)


Tokyo Godfathers
está en Netflix y es un peliculón. Con base en el mito cristiano de la Navidad y los tres Reyes Magos, los japoneses se burlan de las familias diferentes y arman una aventura llena de risas y llantos que hace homenaje y satiriza las películas navideñas hollywoodenses. Debo decir que la sola idea de que haya japoneses cristianos me parece una aberración. Tener a la mano un amplio surtido de mitos y ritos religiosos más antiguos y más bellos que los del cristianismo y optar por ser una oveja de Jesús, me parece muy idiota. Quizá por eso me parece tan genial tomar la información del Mesías y hacer una reinterpretación alocada. La historia es que tres personas sin hogar forman una familia extraña. Gin, un hombre chaparrito alcohólico y apostador; Hana, un flaco y alto homosexual que se siente mujer y viste como tal; y Miyuki, una jovencita hija de un policía que escapó de casa. Juntos conviven y sobreviven en las calles de Tokio. Es Nochebuena en medio de un pleito descubren un bebé abandonado. Ese evento desata una aventura que recorre toda la ciudad.

El caos, por medio de casualidades, se va transformando en un orden virtuoso. La aventura brinda la oportunidad de que los personajes hablen de sus secretos y demuestren su valor. Los tres personajes huyeron de algo y gracias al bebé se convierten en mejores personas y superan sus traumas, es un milagro navideño.


Los diálogos son ágiles y divertidos, la película tiene gran ritmo y las sorpresas son la constante. Hay mucha acción y aunque Japón no es una sociedad perfecta (los niños bien que salen por las noches a golpear vagabundos y hay una mafia organizada); se nota la buena vibra y la buena intención de la mayoría de las personas.

El sentido del humor es muy digerible y salvo que seas super mocho no te ofenderás por la utilización del Nuevo Testamento. Aunque si no conoces los mitos, quizá no entiendas algunas bromas. Por ejemplo, si la virgen María pudo ser la madre de Jesús, no hay impedimento para Dios escogiera a un hombre para ser la mamá del nuevo mesías.

Lo más japonés de la cinta son un par de atinados haikús (poemas) y la confianza absoluta que tiene la población en la policía. Incluso los tres mendigos se sienten confiados de recurrir a los uniformados a pesar que que fácilmente podrían ser inculpados de los delitos que se han cometido.

Por tratarse de una película navideña, las bellas coincidencias siempre resultan en efectos positivos, incluso los errores engendran al bien mayor. Si crees que la animación japonesa es para niños es porque no has puesto atención. (Ab.)

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