Un prophète - Jacques Audiard (2009)

Un profeta es una cinta de cárcel. Es de esas cintas de la vieja escuela que te mete a prisión para seguir el recorrido de un recluso desde nuevo hasta que sale con un negocio bien armado. Entra un joven musulmán inocente y sale graduado con honores en el doctorado de la delincuencia. La historia sucede en una prisión francesa cuyo control es ejercido por un grupo de rebeldes de Córcega. La mayor parte de los nuevos reos son musulmanes y el protagonista tuvo padres árabes pero es una hoja en blanco. Nada sabe. ¿Estos son los centros de rehabilitación? ¿rehabilitación en qué? Si este hombre salió apto para una vida en sociedad, entonces esta sociedad es terrible. Entró siendo una oveja asustada y salió siendo el león. La sangre no se lava, parece ser el mensaje de esta cinta. Hay una deuda vieja de Europa con África y Medio Oriente. Tantos hombres fuera de su país, en una prisión extranjera sin abandonar las viejas costumbres ni el único medio de subsistencia que conocen.

El protagonista siempre tiene una actitud fluida. Sabe que debe cooperar con otros para obtener lo que quiere. El que no transa, no avanza. Yo te doy y tu me das, sin albur. El acepta encargos y favores y gana la confianza de la gente. Todos lo ven como poca cosa y eso es su fortaleza. Es el hombre invisible, el nada, el humillado que se mantiene alerta.

 La cinta es cansada, larga y por momentos desespera, pero a cambio entrega momentos de locura, magia y sabiduría. Si vivir en la cárcel es normal, estar afuera no tiene riesgo. El único riesgo es volver a prisión. Estar afuera, es vivir sin miedos y sin miedo, todo es posible.

Este profeta predica con el ejemplo, su aliados reciben un pago, sus visiones son sólo para su beneficio. Todo es negociable, el dialogo interior es con su primer muerto. Su única guía es su primera víctima. Su religión es el poder. 

Estoy seguro que habrá mucha gente que encuentre horrible esta cinta, no te quedes en la superficie. Cierto que puedes leer la clásica idea del mafioso encarcelado. Pero mostrar a este hombre, en esta cárcel,  que parece extranjero en su país, país que se supone la cuna de la libertad, la igualdad y la fraternidad, no es gratuito. El mundo anda mal. Urge corregir el rumbo. (Ab.)

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