Spencer- Pablo Larraín (2021)


Es necesario aclarar es que Diana, Lady Di, no se parece a Kristen Stewart. Eso resulta molesto cuando ves al personaje con unas piernitas delgadas como hilos, aunque lo olvidas cuando está sentada. Lady Di no lucía frágil, medía 178 cm. de estatura y Kristen mide sólo 165. La diferencia se nota,  no son mujeres de la misma talla. Muchos menos en la época en que se ubica la cinta: diciembre de 1991. Diana tenía 30 años y era una mujer que había tenido dos hijos. Kristen tiene una edad semejante, pero su cuerpo luce menos potente. Por cierto, ni una sola vez luce sexy. Otro asunto que es necesario ventilar es que esta cinta no es la serie The Crown. No se centra en la vida cotidiana de Diana, el chisme es más sutil. En el filme, la princesa pasa mucho tiempo sola, sus interacciones con su marido y con la reina son mínimas. La película es una historia tejida con mucho detalle sobre los sentimientos de Diana, sobre su estado mental. Es rechazada y ella provoca ser rechazada, pero también está perdida. No le gusta ser tratada como una súbdita. ¿A quién le gusta que le escojan la ropa y se la pongan? ¿Quién se alegra de no elegir sus alimentos, ni la hora, ni la silla en la mesa? ¿Quién disfruta lecturas que le hacen sentir su vida en riesgo? ¿Quién goza cuando le impiden visitar  su casa?

Saltadas esas dos expectativas, la película es pura belleza, un dulce para los ojos, quizá al principio un poco desconcertante. Ten en mente que Lady Di es representada con un faisán. Es un ser que sabe que va a ser sacrificado para la diversión de la familia real. A las aves les disparan con escopetas a Diana con cámaras.


Cuando se mencionan esas aves se explica que no son muy listas, que de no ser utilizadas como entretenimiento y alimento no existirían. En una secuencia se habla de sus bellos colores y se entiende que hace un símil con la belleza de la princesa. En otro momento Diana platica con uno, le aconseja huir. Cerca del final, cuando interrumpe la cacería y se escucha el grito: sabotaje. Es ella impidiendo que la familia haga lo que han planeado. La familia decide y organiza el momento en que se dispara a las aves.

Diana no es vegana ni nada semejante, después la muestran comiendo feliz en KFC que, en teoría, es pollo. Se le ve alegre porque eligió la comida, el sitio, el modo, la hora y la compañía. Nadie le dió órdenes.

La cinta deja muy claro que la gente del servicio debe lealtad a la reina. Todo mundo espera que Diana haga lo mismo, que pierda su voluntad y sus aspiraciones para ser una pieza más del decorado. Para la familia real, ella es un animal rebelde que necesita ser controlado.

Hay detalles extraños como su aprecio por Maggie, una mujer que le ayuda a vestirse y que está caracterizada igual que Edna Moda de Los Increíbles (2004). Con ella hay una escena divertida y ambigua. La película te deja un grato sabor de boca con All I Need Is A Miracle de Mike + The Mechanics, aunque todos saben que la historia no tuvo un final feliz. (Ab.)

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