The Lost Daughter - Maggie Gyllenhaal (2021)
LA HIJA OSCURA está en Netflix y es una gran lección que obliga a revisar las ideas comúnmente aceptadas sobre las mujeres. Tengo que reconocer que he caído en el error de pensar que toda mujer quiere una vida en pareja e hijos. Este filme trata sobre las mujeres que no están cómodas viviendo el plan de otros. Sobre una oveja negra sui generis. La protagonista, Leda, es una maestra de literatura, heterosexual, de 48 años, sin problemas económicos, que estuvo casada, tiene dos hijas y gusta de viajar sola. No hay nada malo con su vida, pero no es una vida socialmente aceptada. La película es pura incomodidad, primero porque una mujer sola en una isla griega enciende el motor de las ideas preconcebidas. Un soltero se siente invitado a coquetear y una familia se cree con mayor derecho sobre la playa por venir en grupo. La tensión se acumula lentamente.
Me sentí identificado con la hueva o irritación que provoca el que otros se hagan ideas sobre nuestra vida y te traten en consecuencia. Como si tuvieran la necesidad de sacar conclusiones, de catalogar con quién están tratando para sentirse cómodos. Por ejemplo, en mi adolescencia viajé con mi madre a Acapulco y en el hotel todos parecían estar convencidos de que era mi amante. Las miradas y las sonrisas pasaron de ser divertidas a ser molestas.
Esta incomodidad es la que transmite la cinta. Todos sacan conclusiones sobre la vida de Leda o la interrogan de frente con la intención de molestar. La película sabe administrar sus cartas y juega con la incomodidad. Lo mejor de Leda es que es una mujer combativa. No permite que nadie abuse de ella y toma algunas libertades que pueden considerarse agresivas.
Además descubre los secretos de la familia. Es curioso que la gente que viaja en grupo sea incapaz de notar lo irritante que resulta su llegada. La cinta es muy clara al mostrar que el paraíso se convierte en infierno de un momento a otro cuando llega la sobrepoblación. Como cuando el niño comienza a llorar en el avión o cuando te piden que les cambies el asiento porque no pueden separarse por un par de horas.
Quizá sólo soy profundamente intolerante a la perrada. Pero desde niño soy así, no tengo remedio. La cinta da por hecho que tu mente está trabajando en sacar conclusiones, mismas que debes reconsiderar conforme entrega más información.
La directora es clara: No todas las mujeres son iguales, ni quieren lo mismo ni son buenas madres ni buenas esposas ni necesitan estar con sus hijos y cuidar de alguien. Quizá incluso no saben qué quieren y no puedes presionarlas para elegir. Tienen derecho de vivir su vida sin cumplir las expectativas de los demás. Lo mismo con todos los humanos. No cabemos en un molde. Lo que es perfecto para ti, es el infierno para otro. (Ab.)
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