The Vault - Dan Bush (2017)

La Bóveda es una película que se quiebra después de la primera mitad. Las imágenes que acompañan a los créditos iniciales nos cuentan sobre un asalto a un banco que se convirtió en crisis de rehenes y concluyó con personas calcinadas. Esto marca el tono de la historia que estamos a punto de ver.

Ya sabemos que los clientes del banco son potencialmente los ladrones y esperamos un gesto para confirmar quién es quién. A través de sus conversaciones descubrimos que tres de los involucrados son hermanos y uno de ellos debe mucho dinero a un grupo mafioso. 

Hay tensión y comenzamos a escoger quién morirá primero. Las actuaciones no son sobresalientes. Taryn Manning está encasillada en roles de delincuente white trash. Con su extraño rostro de muñeca psicótica, Francesca Eastwood ya ganó nuestra antipatía. Q'orianka Kilcher es la jefa de cajeros que está coqueteando con la muerte. Y James Franco va y viene en estado zombi preocupado por su bigote.

El ingenioso plan del robo no tiene todo previsto y las cosas comienzan a fallar. Para su buena suerte, uno de los empleados les ayuda a resolver el primer tropiezo y les asegura que pueden salir con un buen botín.

Hasta ese momento el director armó todo muy bien. Lo que viene a continuación nos hace dudar de su seriedad aunque aplaudimos su creatividad. La historia del asalto al banco comienza a transformarse en una historia de fantasmas asesinos. Suena novedoso y extraño.

El guion en este momento todavía no se tuerce demasiado y lo que aparece en pantalla puede ser atribuido a los nervios de los delincuentes, a una intoxicación, a los daños por el consumo de drogas o a cualquier otra explicación lógica.

La cinta no resiste la tentación de explicarnos todo y en ese momento revienta. Si no las has visto y ya te dio curiosidad, para de leer. Si ya la viste, continuemos juntos. Las razones expuestas no tienen coherencia. 

No tiene sentido que los fantasmas, asaltante y rehenes, formen equipo para matar a quienes pretenden robar el banco. Es lógico que un fantasma víctima pretenda castigar a los asaltantes, pero no que todos los fantasmas del sitio se unan y tengan un objetivo común. Lo peor y lo menos lógico es que los fantasmas salgan del banco. En fin, la idea de la mezcla es ingeniosa, pero el resultado se derrumba. (Ab.)