LADRONAS (Wingwomen) en Netflix, es la versión europea súper femenina de los Angeles de Charlie. Si bien marca varias casillas de la agenda de la diversidad y la inclusión, lo hace con tanto estilo que no resulta molesta. El lugar de Charlie es ocupado por la madrina interpretada por Isabelle Adjani. Ella no vive oculta hablando a través de una bocina, ella aparece y habla de frente para hacer los encargos y amenazas. La rubia es Carole, las más experimentada, la estratega, interpretada por la directora, la que hizo a Shosanna en Bastardos sin Gloria (2009). La morena es Alex, la joven fuerte e impetuosa, experta en armas, a cargo de Adèle Exarchopoulos. Y la negra es Sam, la novata en entrenamiento, la curvilínea pero muy disciplinada, la conductora, interpretada por Manon Bresch. Abner, el cómplice masculino, es obviamente idiota, pero muy divertido. Philippe Katherine le da mucha vida asu personaje y se roba las escenas en que parece. Carole quiere dejar el negocio de robar y matar, pero la Madrina no se lo permite. En realidad las aventuras son lo de menos. La belleza de la cinta está en los detalles y el buen gusto que exhibe en todo momento.
Por ejemplo, la escena en que bailan para unos mafiosos en una plaza pública. Resulta obvio que no son bailarinas pero tienen una escenografía y un vestuario. El taco de ojo es suficiente para mantener la atención.
Las locaciones son bellas, la fotografía es muy nítida y ellas lucen siempre muy guapas. La historia no aporta al género y quizá es un poco lenta, pero a pesar de sus defectos lo visual nunca afloja. Incluso si te aburres un poco, lo que ves en pantalla es un agasajo. (Ab.)
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