The Nanny Diaries - Shari Springer Berman & Robert Pulcini (2007)

 Diario de una niñera está en Amazon. Sólo por ver a Scarlett Johansson en sus mejores días me enganché con esta cinta. Quizá a te guste más Alicia Keys o Chris Evans. O te atraiga la idea de ver a Paul Giamatti y Laura Linney. Lo que intento decir es que hay un buen elenco. La historia es sobre Annie, una recién graduada antropóloga, hija de una enfermera, que no puede decidir qué quiere hacer con su vida. Sabe que necesita trabajar, pero no se anima a comprometerse con el empleo sugerido por su madre y termina como niñera de Grayer para la señora X. Aunque debió renunciar el primer día, intenta ver el lado antropológico de los ricos y se aferra a tener una ocupación, un pago y un techo. Esta cinta resulta interesante por varias razones. La primera, ese tiempo en que acabas la carrera y no puedes decidir cuál es tu siguiente paso. La segunda, el aferre a esa primera chamba que quizá sea mala pero te brinda algo que no quieres soltar. Es decir, todavía no sabes que perder algo siempre tiene un lado positivo. La tercera razón, quizá la más importante, es la crítica social a todas esas mujeres y hombres que contratan una nana.

Tengo un primo, que casi muere el día en que despidieron a su nana. Hizo un drama marca diablo y yo no podía entenderlo. Esta cinta muestra que esas nanas son mejores madres que las madres que las contratan. No es que sea un secreto. Hay mujeres que nunca debieron tener hijos por la simple razón de que, para ellas, los hijos son un accesorio, un objeto que les da estatus, y no está entre sus prioridades cuidar de ellos.

Pero el mundo es así y quizá por eso está tan torcido. Si los niños que tienen todo, no tienen padres, y además sufren de la separación absurda de aquella mujer que nutrió sus primeros días, es lógico que crezcan siendo unos perfectos hijos de la chingada. 

Pero la sociedad premia la farsa. Interesarse por el hijo es asegurarse que alguien más lo alimente, lo bañe y lo vista, que aprenda lo que tiene que aprender en las escuelas más odiosas con los compañeros de su clase social, para que podamos presumir de ser los mejores padres que hayan pisado el planeta. 

La crítica no es sólo para la madre. El padre ausente, dizque muy trabajador está aquí como un elefante en la sala del que no se debe hablar. Mientras él finge ser el mejor proveedor, el mejor hijo y el más fiel de los esposos, ella debe fingir ser esposa y madre de ensueño. Nada nuevo bajo el sol. 

La nota alegre la dan las mentiras. Mentiras entre madre e hija, mentiras entre patrona y empleada domestica, mentiras entre niño rico y guapa trabajadora. Lo cierto es que en la primera chamba se aprende mucho. Hay quienes nunca la sueltan, hay quienes aprender a ser tapete y hay quienes siempre se ven más bonitos en silencio. Otros pasamos por los empleos como trenes por las estaciones. (Ab.)

Si te gustó esta reseña, compártela con alguien que haya tenido nana.