The Lodge - Severin Fiala & Veronika Franz (2019)
LA CABAÑA SINIESTRA, en Netflix, intenta ser una versión respuesta al Resplandor (1980). La cinta comienza con mucha fuerza, pero quizá el inicio sea lo más interesante y perturbador. Un hombre, un reportero con dinero, le pide a su esposa el divorcio porque ya le urge casarse. La separación se resuelve para que el idiota tenga la peregrina idea de abandonar por un par de días, quizá más, a sus dos hijos con su nueva novia (una chica perturbada que formaba parte de un culto suicida) en una cabaña en las montañas nevadas. Para colmo se lleva el coche. El tiempo a solas debe servir para que los niños conozcan a su futura madrastra y tejan una relación que les haga olvidar el rencor que sienten. ¿Qué podría salir mal?
El aislamiento ha demostrado ser una gran terapia para confrontar miedos, diluir tensiones y conversar con calma sobre los motivos para pensar que la locura de tu madre es culpa de la otra. Dejando a un lado el sarcasmo, esa es la tonta premisa de esta cinta.
Es cierto que esta cabaña no está construida sobre un cementerio, ni ocurrieron hechos violentos que marcaron el sitio. Tampoco hay un Danny resplandeciente que hable con Tony. Pero el aislamiento familiar en una construcción inaccesible rodeada de nieve, la irresponsable figura paterna y la locura producto del encierro recuerdan mucho al Resplandor.
No soy una joven ingenua que escapó de un suicidio colectivo y mi paranoia no me permitiría llegar a u sitio sin revisarlo de pies a cabeza y cerciorarme de que nadie entre a mi cuarto mientras duermo, pero los gringos confían en haber extirpado la violencia de su alma. Es decir, parece verosímil que una gringuita new age que toma antidepresivos caiga en la pasividad que provoca el desastre. No hubo conversación intensa, ni tomó medidas extremas para domesticar a los mocosos. Y los chamacos, el mundo lo sabe, son simios salvajes y peligrosos que siempre están midiendo a los adultos.
Todo lo que puede salir mal, sale mal. La película logra llevarte a un punto en que resulta difícil distinguir entre la realidad y las mentiras. Pero la sangre no miente. Sólo el más loco sobrevive. La cinta muestra los peligros del exceso de confianza. A fin de cuentas, los humanos somos animales y no podemos renunciar al instinto.
Creo que las bases están mal construidas, todo está puesto de manera conveniente para el desastre: el padre es demasiado irresponsable y huevón, los niños son demasiado listos, la niña es fanática religiosa, la rubia lleva atole en las venas; pero la cinta logra tensión. Lo que entrega es entretenido pero pudo ser mejor. (Ab.)
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