Venom - Ruben Fleischer (2018)

En estos días de Semana Santa, me topé con VENOM en Amazon. A pesar de que Tom Hardy me cae bien, no la vi en el cine porque todas las criticas injustamente decían que era basura. Así que la puse con muy bajas expectativas. Fue una muy grata sorpresa. Venom tiene una historia de origen casi nula, es extraterrestre y lo pescaron humanos en un asteroide. Pero llamó mi atención, el malo: Carlton Drake. Está hecho a imagen y semejanza del farsante y súper mamador Mr. Tesla. Quizá ese señor sea el culpable de la mala publicidad de la cinta. Carlton es uno de esos magnates tecnológicos que lanza cohetes al espacio. ¿Cuántos hay? ¿Dos? Este tipo se cree genial y se siente el salvador de la humanidad, pero no lo es. Cree que la Tierra ya pasó el punto de no retorno y que la vida humana sólo podrá continuar en otro planeta. Para lograr que los humanos sobrevivan fuera de la Tierra, tiene el proyecto de mezclarlos con alienígenas. 

Don Twitter toma gente de la calle y le ofrece dinero por participar en experimentos médicos. La gente firma sin pleno conocimiento del compromiso adquirido. Así, algunos humanos son usados como recipientes de los extraterrestres. El asunto es que los aliens se comen al anfitrión, mientras intentan adaptarse. Normalmente la fusión falla y el humano muere. 

Es una coincidencia poética que estos aliens se comporten de manera tan semejante a los hongos de la serie The Last of Us. Esta cinta ya traía tanto aroma a conspiración que los puristas de la república debieron apoyarla. Haya sido como haya sido, pasada la pandemia y las vacunas, se siente más lógica.

Volviendo a lo estrictamente cinematográfico. Eddie Brock, el personaje de Hardy, tiene un conflicto interno, si hace un buen trabajo como periodista, lo despiden por atentar contra los intereses del diario. Por otra parte, si acepta la censura, sabe que conservará la chamba aunque el futuro del mundo esté en riesgo. Eddie no es un psicópata, sabe que la verdad es más importante que el salario, pero la sociedad asume lo contrario. 

Anne, la novia de Eddie, prefiere un novio con empleo y sin problemas que un hombre que intente salvar al mundo. La realidad es cruel. Se sacude a Eddie como cambiarse de calzones, pero se consigue como nueva pareja a un médico que admira a Eddie y hace lo posible por ayudarlo.

Por su parte, Venom confiesa que en su lugar de origen es un perdedor y en este planeta se siente relevante. Así que detiene el proceso de tragarse vivo a Eddie y establece la alianza. Eddie, gracias a una doctora de las empresas Muski, recibe confirmación de sus teorías sobre las actividades ilegales del magnate y colaboran para desenmascararlo.

La acción es salvaje, quizá no muy bien fundamentada, pero realmente impresionante. Se destruyen muchos autos en las calles de San Francisco, como si fuera una cinta de los ochenta. Y la violencia tiene ese toque extremo también. Dato curioso: ¿Sabías que hay una hora de camino entre Silicon Valley y San Pancho? 

Más que una cinta de superhéroes, Venom es un documental de denuncia. Lo mejor de la cinta es que hay una relación entre Eddie y el bicho que evoluciona. Es un viaje de pareja dispareja que concluye entregando una buena amistad. La cinta se olvida un poco del otro alien, Riot, y sólo lo recupera al final. Es cierto que hay algunas tuercas que pudieron apretarse, pero la cinta funciona. No sólo entretiene, también muestra como perder una mala novia en dos horas y te pone en contacto con la base de las teorías de la conspiración. Gran película. (Ab.)

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