The AristoCats - Wolfgang Reitherman (1970)


Los Aristogatos son un clásico de Disney Plus. Y aunque se parece demasiado a la Dama y el Vagabundo (1955) la trama es mucho más divertida y los personajes tienen más carne. En esta versión, la niña rica es Duquesa, una felina mamá luchona con tres bendiciones. Un detalle muy interesante es que en este caso, la riqueza de los gatos se muestra como cultura: los cachorros tienen clases de pintura, canto y música. El pueblo sin nombre es sustituido por París, Francia. La pareja sin chiste es sustituida por una cantante de ópera retirada y su mayordomo. La tía metiche es sustituida por un abogado. En otras palabras, la riqueza no sólo es material, también es intelectual. La señora de la casa está preocupada por el futuro y llama a su abogado para hacer su testamento. Ella quiere dejar a sus gatos bien protegidos y mientras conversa con su asesor, el mayordomo escucha que no será el heredero. 

El sirviente piensa que deshacerse de un gato es cosa fácil, así que les prepara un postre especial y por la noche los mete en un costal y los lleva lejos. Cuando los gatos despiertan están en una zona rural. Pero Dios los hace y ellos se juntan. Un gato arrabalero, O'Malley, se acerca y se liga a Duquesa. Pronto descubre que el paquete viene con extras, pero que el gato padre no forma parte de la ecuación.

O'Malley piensa que puede ayudar a este cuarteto. Decide a acompañarlos de vuelta a su casa en París. En el camino se encuentran con un par de gansos hembras que también van a París en busca de un familiar, un tío borracho, y andan juntos buena parte del camino. 

O'Malley lleva a la familia a pasar la noche en una casa abandonada, pero acuden a un sitio dónde se juntan los gatos a tocar jazz. La música es cultura. La noche es una parranda magnífica. Mientras tanto, el mayordomo intenta borrar todo rastro de su intervención en la desaparición de los gatos y debe escapar de un par de perros con objetos que lo incriminan.

O'Malley da por finalizada la aventura, deja a la gata y sus gatitos en la puerta de la casa. Pero el mayordomo los vuelve a capturar. La rata maligna de la Dama y el Vagabundo se transforma en un ratón buena onda que pide ayuda a O'Malley y permite que el braguetazo de Golfo se repita con el felino de arrabal para que los cachorros puedan disfrutar de los beneficios de una figura paterna. 

La música es lo que hace la diferencia. El número de los gatos y su sincronización son estupendos. Otro elemento relevante es la comicidad de las secuencias de acción, la interacción del mayordomo con los perros de campo es pura diversión. Cabe señalar que el mayordomo, aunque recibe castigo por sus acciones, no es verdaderamente malo. Nunca quiso matar a los gatos, sólo quería heredar. Pero la señora prefería a sus felinos de cuatro patas. 

La telenovela de la niña rica con gusto por el pobre resulta más fácil de tragar en este caso porque hay tres bendiciones que inclinan la balanza. Sabemos que no serán felices por siempre y que O'Malley recorrerá los tejados de la zona, pero la fantasía vende. Parece que todos los dibujantes de Disney quieren casarse con una niña rica para salir de pobres.  (Ab.)

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