High Crimes - Carl Franklin (2002)

Crimen en Primer Grado o Toda la verdad está en Amazon y es relevante para mantener fresco como se mueven los militares. Claro que este filme es gringo y tiene 20 años, pero parece empalmar con la actual militarización del país. Si te parece lo mismo que la Guardia Nacional sea civil o militar, quizá este filme te ha estado esperando. La cinta trata sobre un hombre que se había escondido cambiando su nombre. Escapó del cuerpo de Marines porque fue acusado de matar a civiles en Guatemala. Ron Chapman, interpretado por Jim Caviezel, se esconde con el nombre de Tom Kubik y está casado con una abogada famosa: Claire (Ashley Judd). Ella nada sabe del pasado de su esposo. Ese es el hilo de la cinta, que ella conozca la historia de Ron Chapman. Para que eso suceda, los marines capturan a Ron y lo ponen a la sombra, en lo que preparan el juicio. Claire es buena abogada e intenta defenderlo pero no sabe nada del sistema militar, así que busca la ayuda del abogado militar, Charles Grimes (Morgan Freeman). 

Claire tiene una hermana desmadrosa, la guapa Amanda Peet y Tom tiene un abogado de oficio interpretado por Adam Scott. Este par de personajes son el alivio cómico de la película y tienen un romance que sobra pero no estorba.

Los militares tienen su forma de hacer las cosas y en este caso, casi sin razón, ocultan la verdad por costumbre. Hay algo que no quieren que se sepa pero el maldito dinero siempre deja rastro, no importa si lo gastas en hospitales o en bares. Por eso el rey del cash prefiere el efectivo.

Obviamente, todo es un enredo que los militares no saben si ocultar o perseguir. Parece que no pensaron que sería más conveniente. Además la abogada es necia y no permite que la intimidación entierre el asunto. Malos entendidos y problemas aderezan la cinta.

Sólo una víctima actuando por su cuenta puede encontrar la punta de la madeja y jalar la cuerda. Triste pero cierto: las leyes están allí pero su aplicación siempre está sujeta a cuestiones de poder. La justicia debe ser ciega, pero siempre hay quien le susurra en el oído. Obviamente el ejército siempre cae de pie, en su sistema, ellos son juez y parte, así que los dados están marcados. (Ab.)

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