Apostle - Gareth Evans (2018)
El ápostol es un
filme cabrón que puedes ver en Netflix. Un hombre, al que se creía muerto, vuelve a su casa para descubrir
que su padre está enfermo y que su hermana ha sido secuestrada por un culto. El
hombre viaja a una isla de Finlandia para recuperar a su hermana y allí va
descubriendo los secretos de estos cristianos sui géneris. Dato curioso, ¿sabían
que Oslo en algún momento fue llamado Christiania?
Algunos elementos de esta cinta me recordaron eso. En fin, el filme comienza trotando
y acaba corriendo a gran velocidad. Hay traiciones, asesinatos, tortura, amor y
locura. Aunque creo que he perdido la capacidad de sentir miedo ante las
películas, obviamente solo ante las películas, siento que este filme logra
perturbar. Hay un elemento mitológico que cobra fuerza hacia el final y hace
que todo el filme se explique a través de la evolución de su protagonista. El
tipo pasa de ser un entusiasta cristiano a no creer en Dios y descubrir que el
discurso religioso es un arma, al final, se convierte en testigo y heredero de
una divinidad local.
La gente habla de la "condición humana" y al hacerlo siempre
hay esta sensación de que somos lo que somos porque fuimos abandonados en el
mundo sin explicaciones y el futuro es incierto. Sin embargo, algo me obliga a
pensar que somos el resultado de malos ejemplos y de falsas expectativas.
Queremos ser algo que no somos, queremos ser cordiales, civilizados y
simpáticos, cuando somos animales cuyos instintos apuntan a sitios oscuros. Por
supuesto, hay excepciones, pero son sólo eso. El resto somos animales incapaces
de ver a futuro, la biología manda.
Dios ha muerto escribió Nietzsche para señalar que fue el
hombre quién lo mató. En teoría, lo asesinamos para acceder al progreso. No hay
progreso. Lo siento, los hombres son hombres y su naturaleza dicta que comen,
duermen, cagan y mueren.
Claro, es posible hacer todo eso con estilo, pero sigue siendo lo mismo. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Este filme es cruel y muestra la naturaleza humana sin lentes de corrección política.
Claro, es posible hacer todo eso con estilo, pero sigue siendo lo mismo. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Este filme es cruel y muestra la naturaleza humana sin lentes de corrección política.
¿Hay cierta complicidad entre la víctima y el victimario? Vladímir
Yákovlevich Propp al analizar los cuentos infantiles occidentales encontró que sí.
Por cierto, el cristianismo ha matado a más gente que los nazis. Paz y amor a
los hombres de buena voluntad. Me llama la atención que en este filme también
trabaja la guapa Lucy Boynton. (Ab.)
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