Eenie Meanie - Shawn Simmons (2025)


Nada había escuchado de VELOCIDAD SALVAJE y, con un título tan repelente, si escuché algo se me resbaló. Sería justo que los que imponen estos títulos chafas fueran enviados a Siberia por destruir con un plumazo el trabajo de tanta gente. En fin, parece que a nadie le interesa poner personas inteligentes en esos puestos. Por lo que refiere a EENIE MEANIE, el gancho es la bella Samara Weaving que parece ser boicoteada por Margot Robbie porque hay gente que las confunde. No lo entiendo, pero me consta que hay muchas personas incapaces de distinguirlas. La historia arranca como una historia de amor y poco a poco va descubriendo de donde surgió ese amor y cuánto puede soportar. Edie (Samara) fue separada de sus padres alcohólicos y paso por varios hogares mientras se hacía fama de ser una excelente conductora y ganaba poco dinero en el crimen organizado ayudando en los escapes. John (Karl Glusman), el novio de Edie, está siendo perseguido por el jefe criminal por un asunto que con matemáticas criminales generó una deuda de 3 millones de dólares. Para evitar que maten a su amado Edie tendrá que robar un auto lleno de dinero que se ofrece como premio de un torneo de póker en un casino.

Tendrás que ver la cinta para saber lo que hizo John para deber 3 millones, para descubrir a quienes se suman al equipo para robar el auto y para aceptar que, por extraño que parezca, además de traiciones, entre criminales también hay competencia desleal. 

La cinta es pura adrenalina y estoy seguro que si disfrutas las cintas ochenteras en que se destrozan muchos autos o eres fan de Rápido & Baboso, esta cinta te encantará. Es cierto que hay varios huecos de verosimilitud, por ejemplo, el poco interés de la policía en perseguir a un prófugo, pero hay secuencias crudas que me sorprendieron.

La cinta puede ser vista como puro entretenimiento, pero hay una escena con un auto eléctrico que me parece muy importante. El coche eléctrico desobedece a su conductor, mientras que los coches a gasolina hacen todo lo que el humano decide. Los coches eléctricos son la máquina sobre el hombre y los de gasolina son una expresión de libertad.

En una cinta de acción parece lógico que ningún criminal usara un Tesla o un BYD o un Prius. Pero no es tan lógico. Es decir, podrías usar un coche a control remoto para escapar y la policía tendría problemas para descubrir quién lo controla, pero tendrías que desactivar todos sus programas de seguridad. Con un coche de gasolina basta que el tanque esté vacío para que no puedas moverlo.

En otras palabras, esta cinta hace evidente que los autos eléctricos están siendo impulsados por los gobiernos como herramienta de control social y no como parte de una agenda ecologista. Si algo sabemos todos los que tuvimos un coche a control remoto es que: a) las pilas se agotan rápidamente, b) hay áreas sin señal o con interferencia, y c) las pilas se pudren si no las quitas cuando terminas de jugar.

Esta cinta es muestra de que si quieres un coche de verdad, necesitas uno de gasolina de preferencia del siglo pasado. Comprar un feo amasijo de plástico y foquitos que se incendia de maneras misteriosas, es para multimillonarios que los usan como desechables. Por cierto, ¿saben si Trump vendió su Tesla en 69 dólares? (Ab.)

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