Stillwater - Tom McCarthy (2021)
La cinta es un ejercicio para él. Ahora unos cuantos idiotas le parten la cara y no puede obtener un arma para defenderse. Tampoco es muy bueno para buscar y localizar personas. Sólo logra encontrar al sospechoso gracias a la constancia y al azar. Además comete varias tonterías propias de alguien que ni siquiera ve cine.
Para colmo, se enreda con Virgine, un estereotipo francés, una actriz madre soltera, pobre pero culta. Ya sabes, esa que tiene una hija mestiza de un padre ausente, pero le espantan las armas y no entiende a la gente que desprecia a los migrantes. Supongo que la idea es que el espectador se identifique con ese personaje pero resulta una caricatura.
Allison, la gringa en prisión, es nefasta e insufrible, pero está aprendiendo sobre el Islam. Es una estúpida que se molesta e insulta a la única persona que está intentando ayudarla. Bill, despreciado por su hija, vuelca su instinto paterno en Maya, la hija de Virgine y el romance con la francesa tarda en cuajar. La edición juega con la historia para retrasar el momento en que se descubren los secretos.
La cinta es valiente porque desafía las concepciones de Hollywood. No sólo tenemos a unos gringos pobres, ignorantes y criminales haciendo daño en Francia. Lo mejor del caso es que no evolucionarán y regresan a su pueblo con la cola entre las patas. Al final, Marsella fue la mejor etapa de sus vidas, pero la echaron a perder y no tienen a quién culpar por sus errores.
En esta cinta hay temas importantes. Los gringos, aunque ciudadanos de un imperio, no son embajadores del bien, son seres humanos defectuosos como cualquier otro. La migración es un problema mundial y es lógico que sea considerada una amenaza por la gente de los países que reciben migrantes. La justicia es siempre un ideal, los sistemas legales son incapaces de garantizarla. La principal falla de cualquier sistema es siempre humana. El Doctor House lo resumiría diciendo: Todos mienten.
Pero en la parte íntima está lo mejor de la cinta. Los padres son incapaces de ver y aceptar los defectos de los hijos, porque esos defectos son reflejo de los propios. El asunto va de ida y vuelta. Algunos hijos justifican cualquier cosa que hagan sus padres, algunos chairos justifican cualquier cosa que haga el Ganso. Allí se originan todos los males, en la incapacidad de aceptar la realidad. Hace menos de un mes alguien me dijo: Para mí, México no es tercer mundo. La definición de tercer mundo lo contradice. Pero así es en todo, ponemos un filtro afectivo que no nos permite reconocer la verdad. Y para resolver un problema es primer paso es reconocerlo. Está cinta me hizo encabronar, pero reconozco su calidad. Yo no soy como los hijos de Barbie (2023) que insisten en premiar una cinta incoherente. (Ab.)
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