The Kid - Jon Turteltaub (2000)

Mi encuentro conmigo me causó gran impresión. Acudí al cine y me marcó, recordaba con horror el juicio del protagonista infantil a su versión adulta. "Tengo cuarenta, no vuelo aviones y no tengo un perro. Crecí para ser un perdedor." Que fácil es caer en la trampa. En caso de que no hayan visto esta cinta, la idea es que un niño visita a su versión adulta para ayudarle a reconocer sus errores y devolverlo al camino de la felicidad. Aunque, en mi opinión, el niño vuelve para que Bruce Willis sea hipnotizado por el american dream, abandone su exitosa carrera de vender mentiras, se case con su empleada, tenga hijos y destruya su futuro. Pero los gringos insisten en que todos debemos tener una segunda oportunidad para adaptar nuestra vida a los valores cristianos y formar una familia. ¿Qué hay más feliz y satisfactorio en este mundo que el matrimonio y la crianza de los hijos? De cualquier modo, la cinta se traiciona de manera expresa, ya que los consejos que da Russ Duritz a Deirdre Lafever prueban ser muy efectivos. 

Afirmar sin pudor que la familia es la única fuente de felicidad verdadera estaba de moda en el 2000 y por eso filmaron The Family Man con Nicolas Cage y la hermosa Tía Leoni. Esa versión del mismo mensaje aterrador es mucho más divertida.

Para ver una cinta de Disney que brinde lecciones de vida y te entregue la receta de la felicidad, debes apagar el sentido crítico, encender el piloto automático y subirte al tren de la ternura con la intención de disfrutar, temporalmente, de sueños que se convierten en pesadillas.

Todos los matrimonios son felices, todos los hijos son buenos hijos, todos los padres son buenos padres, todos los perros son adorables. Ser valiente siempre tiene un efecto positivo y el trabajo duro siempre recibe recompensa. Sólo falto decir que el gobierno está allí para cuidarte, nutrirte y que alcances tu máximo potencial. ¿Qué otra cosa se podía esperar de Disney en el 2000?

Todos queremos vivir en ese mundo maravilloso y algunos logran hipnotizarse para pensar que los humanos somos buenos por naturaleza. Si algo tengo por única verdad absoluta es que el camino de la felicidad no pasa por el matrimonio ni por tener hijos. Estoy seguro que hay quienes son felices a pesar de ello, pero son contados.

Lo mejor de la cinta es el grito de BUAMBULANCE. Esta expresión concentra el fastidioso hábito de la auto compasión y lo reprime. Cada vez que comiences a quejarte de que tu vida es difícil, injusta o dura, puedes recordar y reproducir en tu mente el BUUUUUUUAMBULANCE. A pesar de todo la película esta bien hecha y resulta muy entretenida. (Ab.)

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La peor trampa de la cultura es la felicidad de tener hijos.


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