Shimmer Lake - Oren Uziel (2017)

Netflix guarda esta joyita de la que nadie habla. La cinta es de esas que inician hoy y van saltando al pasado hasta que te explican cómo llegaste al principio. Quizá se siente literaria y eso es algo que me fascina. En un pueblo chico (infierno grande), todos son corruptos y todos tienen secretos. Si las camas hablaran, el mundo ardería. Pero... ese no es el punto. La idea es que un policía limpio está intentando arreglar el desmadre que originó su hermano o al menos eso es lo que parece. El policía se llama Zeke y acude a casa de su hermano Andy que es sospechoso de robar un banco. A pesar de que el FBI está involucrado en la investigación todos confían en que Zeke puede arreglar este lío sin ayuda. Así que la cinta te da la punta del estambre y tu lo vas siguiendo hasta que descubres el suéter. Andy tiene una esposa que cocina con exceso de grasa y una hija adorable que no entiende nada. La niña Isabel Dove se roba cada escena a pesar de ser un personaje relleno. Ella es la pureza, el contraste entre tanta mugre. Aunque la trama parece de policías y ladrones es una comedia rural divertidísima.

Al inicio el compañero policía de Andy grita de desesperación y parece una tontería pero, conforma avanza la cinta, el chiste se consolida en la memoria. La película es así. Todo lo tienes que construir en tu cerebro así que si no pones atención, olvídate de las risas. 

Stephanie Sigman, la de Miss Bala (2011), está perfectamente escogida. Ella es pieza clave en este rompecabezas. Ella es uno de los clichés, pero cada cliché está llevado al límite. Cada personaje es un conjunto de cochinada tan grande da gusto ver el desastre. 

No cuento más para no arruinar las sorpresas. Está cinta me parece inteligente, divertida, ejemplar. Ojalá hubiera más películas que tomarán un pueblo cualquiera y lo conviertan en algo interesante. Supongo que esta cinta está en deuda con Fargo (1996) así como con Caín y Abel. (Ab.) 

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