La odisea de los giles - Sebastián Borensztein (2019)
Mi amiga Liliana me prestó el DVD de esta divertida cinta y pronto estará conmigo en el Tronco Común para comentarla. No soy muy fan del cine Latinoamericano pero este filme merece respeto. Dicen que en México se estrenó en noviembre de 2019, no lo recuerdo. La cinta es tan buena que merecería un reestreno, pero dudo que suceda, tendrán que recurrir a su Doctor Pirata de confianza o buscarla en el Festival de Torreón. La cinta comienza definiendo a los Giles. Un Gil es un humano honesto y trabajador, un tanto ingenuo, de esos que en mi pueblo llaman pendejos. Yo lo llamaría idealista, porque cree que trabajando duro saldrá adelante y confía en que el mundo no tiene intención de tragárselo vivo. Me confieso un Gil. La cinta ubica a una parvada de Giles en un pueblo en la Provincia de Buenos Aires. Viven allí sin hacer daño con la idea de formar una cooperativa. Meten una buena cantidad de dólares al proyecto, sin saber que los lobos acechan en el banco de la localidad. Toda la plata que juntaron la guardan en una caja de seguridad y eso hace sonar las alarmas de los tiburones. Para colmo de males el gobierno Argentino aplica el corralito. ¡Bum! Los joden.
Los males nunca vienen solos. Pero, salvo algunas bajas y un estado de ánimo jodido, el pueblo sobrevive. La casualidad obliga a que reciban una pista de quién se chingó los dólares y dónde los tiene.
El desafío es recuperar el dinero y, como buenos Giles, ni siquiera piensan en la venganza. La dificultad estriba en hacerlo con estilo y que nadie pueda descubrir quién tomó el billete y huyó. La maldición del Gil es su inocencia y al mismo tiempo es su bendición.
La película sabe que el chiste está en planear y ejecutar de manera verosímil y aunque hay un detalle o dos que no me cuadran, creo que todo el proceso resulta aceptable. El cine es fuente de inspiración y ese detalle vale oro. Si te preguntas que cinta es la inspiradora de la revancha, la respuesta es How to Steal a Million (1966) con Audrey Hepburn y Peter O'Toole paseando por París.
El mensaje es claro: jamás confíes en los bancos ni en el gobierno de una república bananera, el sistema está hecho para joder al jodido. Sólo de vez en cuando, la buena organización nivela las cosas. La unión hace la fuerza. Together we stand, divided we fall. Acorralemos al ganso. (Ab.)
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La describes bien, amigo!
ResponderEliminarYo agregaría que, en la vida real, me encantaría que los giles tuviéramos un radar para detectar a los desgraciados que, sin asomo de vergüenza, pueden despojar a otro ser humano del producto de su trabajo, de su dignidad. Definitivamente, me hubiera gustado formar parte del equipo de los giles, aunque me temo que el equipo está perfecto tal como está.