Dear Santa - Bobby Farrelly (2024)

 QUERIDO SANTA en Claro Video / Paramount es una divertida bobada predecible con Jack black como gancho. Es una comedia navideña de esas que pasarán por TV cada diciembre, pero está hecha con el buen espíritu del que carecen las nuevas producciones de Disney. Para empezar, mezclar demonios y niños fuera de una cinta de terror es un atrevimiento casi rebelde. En esa misma línea rebelde, el niño desea ser bueno. BOOM! Un niño quiere ser bueno, no quiere ser rico, ni astronauta, ni genio. Quiere ser bueno y mantenerse bueno. Los estereotipos hollywoodenses de los niños de hoy son: a) un pequeño tirano súper protegido y manipulador; b) un atleta vanidoso, grosero y caprichoso; o c) un genio de las computadoras obsesionado con el dinero. Gracias a Dios, el protagonista de esta cinta es un niño normal, un poco gordo, con lentes, un corte de cabello horrible, no muy brillante ni talentoso pero con buen corazón. Su amada es un niña normal, no es la más lista ni la más rubia de la escuela ni mucho menos. Su amigo Gibby también es normal, incluso es feo. La escuela a que asisten es normal, la provocación y la intimidación son elementos cotidianos de la convivencia. Pero, con todo en contra, este niño cree en la bondad desinteresada. 

No te voy a decir que se trata de una buena cinta, comete pecados absurdos como meter a Post Malone que no aporta nada, cae en los chistes de pedos y caca y los niños no son los mejores actores de su generación, pero me fascina que promueva la bondad. También me parece acertado exhibir que los padres están más perdidos que el niño y que cualquier nuevo comportamiento es motivo suficiente para acudir a un médico especialista. Además destruye el mito de que todos los profesores son santos o pervertidos, hay algunos que sólo son vanidosos. 

La vida es lo que es, hay cosas buenas y malas, hay sorpresas, hay peligros y oportunidades, lo que nos hace felices son los pequeños detalles. El autoestima no se construye con autos caros y casa lujosas, tampoco con ropa de marca. La felicidad está en poder hacer tu vida con la libertad suficiente para ir a la feria sin que tus padres estén a dos metros de distancia. 

La cinta exagera al permitir que el niño vaya a buscar al Diablo a un cuarto de hotel, pero esa sensación de peligro logra que algunos momentos sean más divertidos. El final es el colmo de la cursilería y quizá por ser tan complaciente cae mal, pero no puedo negar que sentirse querido en la mañana de Navidad es una experiencia importante. 

No es una gran cinta, pero me parece valiente y positiva. Los niños son niños, las niñas son niñas, la atracción y los celos son instintivos, la agresión es natural, pero también es natural pedir disculpas. La cuota racial está justificada y no hay niños confundidos ni padres homosexuales. Pudo ser un poco mejor, pero la hubieran satanizado. (Ab.)

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