The Man Who Killed Don Quixote - Terry Gilliam (2018)

El hombre que mató a Don Quijote es una película famosa por todas las razones equivocadas. Los cinéfilos la conocemos por ser la cinta que más tiempo pasó en el purgatorio cinematográfico. Terry Gilliam ha manifestado que desde 1991 deseaba filmar una adaptación moderna de la obra maestra de Cervantes. Y en varios sentidos Don Quijote es el personaje perfecto para Gilliam, en el fondo  el personaje es un hombre que no puede conciliar realidad con fantasía.

El primer intento de filmación se llevó a cabo en el año 2000 y la producción fue desastrosa. Por suerte, todas las desgracias fueron documentadas y nació un maravilloso documental titulado Lost in La Mancha (2002), que sirve como una advertencia para todos aquellos que creen que hacer una película es todo glamour e inspiración.

La producción fue abandonada y el proyecto de Gilliam se convirtió un leproso que nadie en la industria quería tocar. Actores como Jean Rochefort y John Hurt estuvieron atados a la cinta por varios años, pero como mascaron el mecate, no pudieron ser parte del proyecto resucitado en 2016. Esta vez con Adam Driver y Jonathan Pryce en los roles protagónicos. Este último es colaborador frecuente de Gilliam y en el proyecto original estaba contratado para actuar como otro personaje, pero el paso del tiempo le dio la oportunidad de ponerse en la armadura del caballero errante.

Adam Driver toma la batuta como Toby Grisoni, un director de cine desilusionado y carente de inspiración que ahora es motivado sólo por dinero. Se encuentra en España filmando un comercial de Don Quijote aunque no muestra interés alguno en terminar o siquiera supervisar su obra. Todo cambia cuando se da cuenta que está filmando cerca de un pueblito llamado Los Sueños, lugar donde filmó un filme estudiantil acerca de Don Quijote diez años atrás.

Cuando regresa a Los Sueños, se encuentra con que el hombre que protagonizó su filme estudiantil, un zapatero llamado Javier sin experiencia como actor, quedó tan marcado con el papel, que ahora cree que él mismo es Don Quijote. Cuando ve a su antiguo director, lo confunde por Sancho Panza, su fiel escudero.

De aquí en adelante el filme se vuelve una aventura con Javier como el caballero y Toby como escudero. En las escenas entre ellos dos radica el triunfo de la película. La comedia “Pythonesca” sale a la luz entre el delirio de Javier como Don Quijote y el intento de bajarlo a la tierra por parte de Toby. Terry Gilliam es miembro fundador de la tropa comediante Monty Python y sigue demostrando que su genialidad cómica no lo ha abandonado.

Eventualmente Toby le empieza a seguir el juego a Javier y la trama se vuelve un rescate de una damisela en apuros. Se trata de una chica llamada Angélica, que Toby conoció mientras rodaba su filme estudiantil. Toby se siente responsable por ella, ya que le dijo que podía ser una gran estrella y en su persecución de la fama cayó a ser una dama de compañia maltratada. Angélica es protagonizada por Joana Ribeiro, una actriz portuguesa. No quiero exagerar, pero esta chica es una de las criaturas más hermosas que camina sobre la faz de este planeta.

Por momentos, se le va la cinta de las manos a Gilliam, pero supongo que es entendible, ya que el rodaje de esta cinta resultó ser un maratón. Aunque se hace un poco larga y a veces lenta, es un filme que disfruté mucho y vale la pena ver para pasar un buen rato. (DC)