Instant Family - Sean Anders (2018)

Familia al instante es la clásica gringada divertida que podría patrocinar Provida si no fuera tan... ¿medieval? La historia es bastante sencilla, una pareja que se sienten estancada y cree haber resuelto sus problemas económicos considera la posibilidad de adoptar.  Como los humanos somos animales de arranques, esta pareja pasa en un instante de pensar que la adopción  dará un giro a sus vidas a hacerse cargo de tres menores de edad. Eso me hizo pensar que el sexo entre ellos no resultaba satisfactorio o que simplemente son blandos y se dejaron presionar por su entorno. La cinta no explica con claridad la raíz de su insatisfacción. Los protagonistas reconocen no saber para qué quieren adoptar pero creen que hacerlo los hará mejores personas. Este es el acierto de la película, la pareja no está convencida de sus actos. Es muy interesante el ambiente mezcla de culpa cristiana y compasión condescendiente, pero se trata de una comedia, así que no analiza las cosas demasiado. Ya que su vida solía ser cómoda, al notar el enorme esfuerzo necesario para consolidar su relación con los niños, consideran rendirse. Este momento de duda para mí fue lo mejor de toda la cinta. 

Por tratarse de una película feliz, lograrán superar todos los obstáculos y todos los involucrados terminarán por pensar que su vida es más satisfactoria viviendo en conjunto. Sin embargo, las dudas se sienten reales, el sinsentido de sufrir a niños que no son tu responsabilidad cuando no obtienes ninguna satisfacción a cambio está muy bien retratado. Si con los propios hijos hay dudas, cuando no son tuyos y el sistema mantiene abierta la posibilidad de devolver a los niños, es evidente que el humano promedio pensaría en tirar la toalla. Pero el orgullo se impone y hay una sensación de pérdida que los obliga a no rajarse y hacer el esfuerzo.

Mark Walhberg es el papá buena onda que quiere quedar bien siempre, pero ya se ve un poco viejo, quizá el tinte no igualó el color de su pelo. Rose Byrne es la mujer que busca que ser reconocida por su esfuerzo y cariño. Ella luce guapa, sexy y un poco fría, pero absolutamente verosímil.  Isabela Moner, la rebelde hermana mayor, se roba la película.  Tag Notaro hace un personaje magnífico, muy sobrio pero simpático. Octavia Spencer, el ajonjolí de todos los moles, hace su clásica listilla que dice lo que piensa. 

Los pequeños están de relleno. El niño es digno de ser llevado a revisión médica. Es incapaz de poner atención, todo le pasa y carece de instinto de conservación. Si fuera hijo mío estaría muy preocupado. La niña menor es una chillona insufrible pero nada que unas buenas nalgadas no curen. Obviamente los gringos jamás piensan en disciplinarlos a nalgadas y yo digo esto porque no tengo hijos. Supongo que quienes tienen hijos serán mejores jueces del realismo de esta película. De cualquier modo me conmoví hasta las lágrimas en un par de ocasiones. No lo puedo evitar. Si leen este blog regularmente ya saben que tengo corazón de pollo.

Además del buen rato que pasé, creo que el mensaje de la película es que no deberíamos guardarnos ningún te quiero. No importa qué situación incómoda o francamente adversa estemos enfrentando, decir "te quiero" vale la pena. Es un churrito muy conmovedor. Vayan a verla. (Ab.)