Roma - Alfonso Cuarón (2018)

Después de casi un mes de publicidad inagotable sobre Roma, por fin Netflix nos permitió verla. Quisiera subirme a la ola y decirles que Cuarón es un genio y que Roma es una maravilla digna de todos los premios. Para mí no es así y explicaré mis razones. Primero hablaré de lo bueno. Esta película goza de una impresionante fotografía en la que el detalle más pequeño parece aterciopelado y digno de afecto. También es cierto que la recreación de la casa, la colonia, la ciudad y cada espacio que aparece en pantalla fue cuidado al máximo y ello crea una atmósfera que nos transporta al pasado. Aquí incluyo un factor importante que es el modo de hablar de los personajes con palabras que hoy no se usan. También puedo decir, como un halago, que en la cinta es posible notar algunos detalles que parecen salidos del cine de Fellini o Tarkovsky. La última maravilla de la película es la campaña en medios para hacernos creer que este producto es una obra maestra. Si esos son los premios que ganará este filme, me uno al coro en su apoyo. 

Algo sobre lo que oí muchas alabanzas fue el sonido. Sin embargo, yo ví este filme en Netflix y el sonido está fatal, no fue adecuado para esta plataforma. Tuve que mantenerme con el control remoto en la mano no sólo para protegerme del escándalo, también para asegurarme de oír. La película pasa del ruido infernal a los murmullos y de regreso sin previo aviso. Quizá en el cine haya sido diferente, no lo sé.
Ninguna de las críticas que he visto señala que Roma es un melodrama. ¿Qué es un melodrama? El melodrama es la realidad falsificada en la que los personajes son arquetipos. En concreto, las películas de superhéroes y las telenovelas son melodramas. El bien triunfa sobre el mal y los personajes son buenos buenos o malos malos. 
Por lo que refiere a los personajes, las mujeres son las buenas y los hombres son los malos. El personaje principal, Cleo, interpretado por Yalitza Aparicio, es noble, valiente, humilde y abnegado. En contraste, su novio halcón, Fermín, es malo, violento, hijo de puta, asesino, frustrado, irresponsable, pito corto. 
La señora Sofía, el personaje de Marina de Tavira, ama a su esposo y desea ser la mujer perfecta, cuida a sus hijos, da casa a su madre, enfrenta el abandono, sale adelante, es trabajadora y optimista, sus arranques son producto del estrés a que está sometida. Su único defecto es que no sabe manejar. En contraste, su marido es un patán, cobarde, muerto de hambre, que abandona la casa de sus hijos y se lleva hasta los libreros. 
La niña Sofi es tierna, cariñosa, ingenua y adorable. En contraste los dos hijos mayores son groseros, desobedientes, gritones, engreídos, egoístas y violentos. 
La doctora es educada, lista y amable. El pediatra es frío, grosero e insensible. Y así, en cada rincón encontramos hombres malos y mujeres buenas. Salvo el chofer que parece un ser asexuado y el menor de los hijos que es un soñador, supongo que éste es el niño Alfonso Cuarón. 
En Roma, aunque todo parece de un realismo duro, es tan sólo una falsa apariencia. La fotografía nos hace pensar que en todo México no había un sitio feo. Esto es tan falso que las cacas de perro, Ciudad Neza, la policía, los granaderos y los hospitales parecen bellos. Por cierto, no soy médico pero estoy seguro que Cuarón tiene un pésimo olfato. Así lo demuestra la secuencia en que Cleo lava el patio sembrado de cacas de perro. Quizá Cuarón nunca ha lavado un patio salpicado de mierda canina y por eso le parece lógico hacer poesía de una tarea tan repugnante. Lo mismo sucede cuando Cleo va a buscar a Fermín, ¿a qué huelen esos charcos? 
Volviendo a la realidad falsificada. Los setentas, en México, fueron unos años horribles. La belleza con que son retratados crea un contraste superfluo que busca ser emotivo. Ese pasado no merece un homenaje, necesita ser analizado y juzgado con objetividad. Ese pasado requiere luz, no nostalgia. 
La película señala con dedo acusador a Luis Echeverría Álvarez, estoy de acuerdo con eso, pero la secuencia del entrenamiento sólo sirve para mostrarnos que Cleo será capaz de proezas. El halconazo, la matanza del jueves de corpus, está allí de relleno para subrayar maldad del villano y provocar el parto. Los brillantes planos secuencia que muestran los cortos son bonitos pero no dicen gran cosa. Si observas con cuidado, el de la playa es un error. Da la idea de un tiempo real ininterrumpido que resulta inverosímil. ¿A dónde fue y vino la mamá en tan poco tiempo? 
Todo lo anterior fue para mostrar que Roma es una telenovela preciosista, lo cual no tiene nada de malo. Pero ahora sí hablaré de las fallas. La cinta nos cuenta un fragmento de la vida de una familia y lo hace desde el punto de vista de Cleo, la mucama protagonista. Eso es en teoría y lo deducimos porque ningún otro personaje relevante está presente cuando Cleo está en su cuarto, entra al hotel, viaja a Neza o está pariendo. Pero el filme nunca cuenta las cosas a través de ella. Es decir, Cuarón intenta meterse a la mente de su personaje y retratar una óptica femenina, quizá incluso indígena. Lo cierto es que Cuarón no puede saber qué hablaba Cleo en su cuarto y que por buena que fuera, resulta increíble que trabajara como esclava todo el pinche día, sin una sola queja y que nunca juzgara el comportamiento de la familia. En otras palabras, no vemos todo a través de los ojos de Cleo, lo vemos desde el punto de vista del patrón. La mucama es feliz sirviendo y no sólo eso, se da el lujo de amar a sus amos y ser feliz haciéndolo. Seamos realistas, con base en la historia, es posible suponer que Cleo se mantuvo al servicio de la casa toda su vida. Es decir,  sin importar cuanto la quisieran los niños, no rompió los límites de su condición social, nunca se sentó en el sillón con sus patrones y seguramente nunca fue libre. No obstante Cuarón cree que Cleo fue feliz. ¿qué tiene que decir la nana Livoria al respecto? ¿de verdad es ese su punto de vista? Yo no lo creo. Al final vemos a Cleo subir unas escaleras y dejar su equipaje, para seguir subiendo. Cuarón nos sugiere que Cleo se libera o se merece el cielo por haber estado con esa familia en esos momentos. ¿Hay algo más cursi que esto? 
Además de ser buenos, los personajes femeninos caen en ese feminismo chafa y que resume la frase de la señora Sofía: "siempre estamos solas". Pues sí, incluso la niña se queda sola, a su suerte, jugando en el mar, para que la solidaridad femenina haga el truco. Alfonso Cuarón se sube al tren del feminismo chatarra y lo decora para venderlo a las masas. 
Otra cosa que me molestó es que hay un montón de temas importantes que aparecen y no se analizan, enumeró sólo algunos: la ausencia de derechos laborales del servicio doméstico, la ausencia de educación sexual, el uso recreativo de las armas, el supuesto amor incondicional por los hijos y las relaciones de poder entre la dueña de la casa y la mucama. 
En resumen, la película es muy bonita, muy emotiva y cumple con entretener. Vale la pena, pero está muy lejos de ser una obra maestra. ¿Ustedes qué opinan? (Ab.)

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