Anchiporuno - Sion Sono (2016)

Antiporno es un filme contundente. Antes de llegar al fondo, es necesario aclarar que atiende estupendamente nuestro interés erótico. Es decir, si te interesa ver desnudos femeninos, saldrás bien contento. Si los disfraces son tu fetiche, encontrarás lo que buscas. Si te gusta la violencia y te excitan las groserías, también quedarás satisfecho. 

Mirar el cuerpo femenino desnudo siempre se agradece. No verás un solo pene, de modo que tampoco verás la penetración. Este filme es estimulante, no porno. Sin embargo, el tipo sentado a mi lado estaba tan inquieto que temí que comenzara a masturbarse.

El discurso repetido una y mil veces por las protagonistas no destruye el erotismo de las imágenes. Es evidente la crítica al rol de la mujer en Japón y a la difusión audiovisual de lo que debería ser la vida privada. 

Está armada de tal modo que nos obliga a reconocer nuestro rol voyerista. La estridente paleta de colores, la música empalagosa, el proyector, la audiencia, el grito de corte, el staff de filmación y el cambio de roles rompen y reconstruyen la fantasía incesantemente. Todo es falso, todo está hecho para ser visto, para hacer escándalo y es absolutamente cautivador.

Somos el lagarto atrapado en la botella, el aire es real, todo es real, podemos ver todo sin tocarlo. Estamos dentro y fuera al mismo tiempo. El director nos lleva al límite con la promesa de darnos lo que en realidad queremos. 

Buscamos los secretos de esas personas a quienes admiramos, los acechamos a través de las redes sociales, buscamos fotos y datos inútiles que nos permitan sentirnos cercanos. 

Permanecemos afuera, somos seres pasivos intentando satisfacer nuestra libido de manera indirecta y retorcida. Somos humillados sin siquiera lograr lamer la pierna del objeto de nuestro deseo. 

Este filme es muy inteligente y juega con nosotros. No apta para mojigatos. (Ab.)