Four Good Days - Rodrigo García (2020)


 Cuatro días más
 
es una montaña rusa de emociones y está en Netflix. Te puede gustar o no, pero la película es buena. La historia es el retrato de unos cuantos días de ruda convivencia entre Molly (Mila Kunis), una gringa clase media en sus treintas, adicta a la heroína, y su madre, Deb (Glenn Close). Es posible que hayas visto cintas similares como 28 Days (2000), Beautiful Boy (2018) o Ben is Back (2018), pero esto es un salvaje duelo de actuación mejor que el de May December (2023). Quizá la historia no sea tan inteligente, es más simple y directa, pero las actrices se entregan, transmiten y no permiten mantener la serenidad. Además subraya la descomposición social que rodea a las adicciones sin omitir que el responsable del desmadre es siempre el adicto. No sé si estos filmes ayudan a los adictos, tampoco sé si ayudan a los jóvenes a evitar vicios, pero espero que sean, además de anticonceptivas, inspiradoras. Es decir, sé que muchos padres pueden encontrar esperanza en una historia similar a la suya, y estoy seguro que muchos preferirán no tener hijos después de ver esto. 

La cinta, además, es informativa. Muestra que existe un tratamiento que te hace inmune al efecto de los opioides. Pero no es un comercial de las farmacéuticas, ya que se explica que la adicción de Molly comenzó con una prescripción estúpida. Ni doctores, ni hospitales salen bien parados.

Es evidente que la fuerza de voluntad no depende del entorno. Pero no se puede predecir si alguien saldrá adelante con todo en contra o con todo a favor. Somos seres extraños y hacemos pactos silentes con nuestras familias. En esta cinta resulta obvio que el dicho de tal palo tal astilla guarda algo de verdad.

Deb tenía problemas de insatisfacción con su entorno y su vida. Tales problemas parecen enseñarse a los hijos, es un estado de ánimo que se transmite. Molly es el recipiente de esa angustia, recoge lo peor de ese entorno y carece de las herramientas emocionales para tratar con ello. ¿Cuántos casos conoces así?

Otro tema que se cuela entre todo el drama es el conflicto de intereses entre el natural egoísmo y la crianza de los hijos. La madre acepta que antes que los hijos estaba su bienestar, el padre ni siquiera se preocupa por lo que considera es un caso perdido. Pero Molly es igual, renuncia a su hijos sin meter las manos. Estimados lectores de mi corazón, si no tienen claridad sobre sus razones para tener hijos, no los tengan. No son pollitos de mercado. Más vale un condón que un aborto y más vale un aborto que una bendición adicta. (Ab.)

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