28 Days - Betty Thomas (2000)
La cinta abre con la canción Should I Stay or Should I Go de The Clash. Y esa es la clave de todas las historias. Huir o pelear. Cada personaje debe decidir. El drama se resume en continuar atado a la adicción o superarla.
¿Cambio mi pareja, mis relaciones, mi estilo de vida, mi dependencia o me aferro a la vida que he llevado? Parece muy simple, pero la cinta muestra que una decisión nunca afecta sólo una cosa. Cada cambio, por salud o por cualquier otra razón, implica dejar otras cosas por las que sentimos afecto.
Desde afuera todo parece una tontería, pero el autosabotaje es más frecuente de lo que se quiere reconocer. El peor enemigo son los pactos que hemos creado con nuestra familia o con nosotros mismos. La historia se repite generación tras generación si no hay alguien dispuesto a romper el ciclo.
Dentro de la historia aparece una telenovela titulada Santa Cruz que parece ser la única distracción en el establecimiento y que afecta directamente la trama de Gwen, Eddie y Andrea. Otro detalle importante es que como ejercicio de la terapia deben presionar el tendón de la pata de un caballo para poder revisar la herradura. Los adictos deben estar en calma para transmitir confianza al animal. La reacción del caballo es un monitor del estado mental del adicto.
La historia está hecha con cariño y cada detalle se conecta con otros. Por ejemplo: Eddie enseña a Gwen a lanzar una pelota de beisbol y aunque parezca irrelevante, el nexo de confianza se construye al transmitir conocimiento y seguridad. Sólo al comparar a Eddie con Jasper, Gwen entiende que su relación es un escape. Gwen comienza a disfrutar su estancia y a ayudar a Andrea. La cinta es una delicia sabe caminar por el buen humor, sin perder la seriedad de las situaciones difíciles. (Ab.)
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