Beautiful Boy - Felix van Groeningen (2018)
Beautiful Boy: Siempre serás mi hijo es un filme bien realizado y con un mensaje muy claro. No es el tipo de filmes que disfruto pero reconozco en él muchas cosas buenas. La historia es la relación entre un padre amoroso y disciplinado y un joven que se hace adicto a las drogas. Me recordó mucho a Leaving Las Vegas (1995) pero con final feliz. Aunque claro que el personaje de Nicolas Cage estaba decidido a llevar el alcoholismo a sus últimas consecuencias y no le temblaba la voluntad. La idea de la película es hacerte pasar las de Caín, te desespera mostrando como un padre hace todo lo posible para ayudar a su hijo a superar su adicción. El joven ama a su padre y lo intenta sin convicción, pero en realidad sólo quiere que su padre acepte que es un adicto incurable. Lo interesante del juego es que muestra cómo funciona el control social. En este caso el control tiene una intención de salud, pero podría tratarse de cualquier otra cosa. La sociedad espera que sus miembros vivan dentro del corral y se comporten de cierta manera, cuando una oveja desobedece, el resto de las ovejas hacen lo posible por convencerla de que el corral es el mejor sitio para vivir.
Una perspectiva paralela nos brinda el libro Siddhartha de Hermann Hesse. En el libro Siddhartha intenta tener a su hijo a su lado y lograr que encuentre la felicidad. Sin embargo, debe aceptar que el niño no es como él y que tiene que recorrer su propio camino, un sendero distinto al que él eligió.
La música del filme me encantó en especial la canción Beautiful Boy de John Lennon. Las actuaciones son muy buenas. Steve Carell y Timothée Chalamet lo hacen genial. La fotografía tiene una dulce calidez. La edición te atrapa, ya que el cerebro se pone a trabajar en ordenar los segmentos. Al final eso no resulta importante pero ya te enganchó.
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