Bad Santa - Terry Zwigoff (2003)

 BAD SANTA, en Amazon, es una joya difícil de tragar. Es una de mis cintas favoritas y debo confesar que, en esta ocasión, me pareció un poco excesivo el descenso al infierno de Willie. Sin embargo, las penas a las que se ve sometido tienen toda la lógica del mundo para hacer que el final sea entrañable. La cinta dedica mucho tiempo a plantar las semillas y quizá el inicio te parezca lento y pesado, pero todas dan fruto, de modo que cuando comienza la cosecha, toma ritmo y y cada pieza aporta a la imagen del conjunto. La cinta sabe mezclar sus elementos: 1) el shock de ver a un Santa alcohólico casi indigente; 2) un niño abandonado; 3) una carrera criminal ingeniosa e impecable; 4) el descubrimiento poco probable del amor; 5) la remota posibilidad de ayudar a otro.

La cinta sabe tejer con cuidado y a pesar de ser una cinta navideña con final feliz, sabe jugar con las expectativas del espectador. Usa los clichés pero los tuerce un poco para que no puedas adivinar el desenlace. 

Billy Bob Thornton se deja llevar por el mal humor y logra convencernos de su desastroso estado emocional. Tony Cox se rifa como ese duende maligno capaz de planear y ejecutar asaltos de manera sigilosa, pero se descatalogue por sus elaborados insultos. Bernie Mac es gracioso como jefe de seguridad corrupto y altanero.

John Ritter y su cara de idiota es simplemente perfecto en el papel de gerente. Brett Kelly, con su abultado cuerpo de rizos rubios, es tan molesto como adorable. Lauren Graham es magnífica como la sexy y alocada cantinera judía que siente atracción por Santa Claus. La cereza en el pastel es Cloris Leachman como la abuela que prepara sandwiches. 

La sanación de Thurman Merman y Willie van de la mano. Al final, sin importar quién ayudó a quién, se asoma una familia y  una vida mejor. Un rayo de luz ilumina el corazón con el milagro de la Navidad y la esperanza resulta reconfortante. Si te gusta la Navidad, deberías verla. (Ab.)

Santa no cumple caprichos y ya sé que no compartirás esta reseña.