Blonde - Andrew Dominik (2022)

RUBIA está en Netflix y juega con tus expectativas. Todo el mundo habla de lo bello de la imágenes, de la recreación del vestuario, los peinados y el maquillaje, todo es tan perfecto que resulta difícil distinguir las fotos de Marilyn Monroe de las de Ana de Armas. Pero esa calidad predispone para ver una cinta dulce y romántica con ligeras notas tristes sobre la fugaz vida de LA mítica ESTRELLA de Hollywood. Y la cinta no es eso. Todos los detalles y la belleza incluidos no son para volver a vivir el glamour de los años dorados; los decorados, la iluminación perfecta, la estructura onírica y los hermosos desnudos son para sumergirte en una pesadilla. La película no es una biografía de Marilyn. Es una bomba que busca usar todo lo que sueñas para llevarte al infierno. No le preocupa destruir el mito y quizá por ser de Netflix se cuelan tonos feminazis que, sospecho, buscan cancelar la femenidad sexy a la que no pueden aspirar las feas. Pero no estoy seguro, porque también se cuela una peste provida con el feto ingeniero como punta de lanza del arrepentimiento y la culpa.

Es probable que la idea de la cinta sólo sea someternos al infierno que imaginó un escritor para Marilyn, una sala de torturas en las que la Monroe carece de inteligencia y se convierte en una víctima, como una frágil flor arrastrada por un huracán.

Pero es necesario decir que, desde el inicio, desde que Norma Jeane Baker es una niña, la película es rudísima, hace mucho tiempo que no se me arrugaba el corazón y este inicio lo logró. Ver a la niña siendo llevada por su delirante madre a la raíz de un incendio forestal es impresionante, bellamente horrible. La escena en la tina es salvaje. Si crees que eso es lo más rudo que vas a ver, mejor mira otra cosa. Sospecho que me impresionó tanto por la maldita expectativa de ver algo dulzón.

La pesadilla va recorriendo varios ciclos de abuso, desde el básico hasta el profundamente perverso. El efecto de la suma hace que quieras salir a respirar y eso sólo sucede brevemente al inicio de sus relaciones con Joe DiMaggio y con Arthur Miller. El resto del tiempo, entre lo vulgar, la desorientación y el feto ingeniero es casi insoportable. 

Mi único reproche con esta cinta, es que se cuelga de la fama de Marilyn y la usa para vender. La cinta está tan bien hecha como pesadilla que no hacía falta incluir a Marilyn. Si se hubieran omitido los nombres o se hubieran cambiado sería más clara y contundente la intención de provocar y no habría duda de que se muestra un escenario imaginario. 

Si se cuidaron de jamás decir "John F. Kennedy", se hubieran podido cuidar de no pronunciar los nombres reales. La identidad de los personajes y su perfecta ambientación, termina por jugar en contra porque hiere nuestro afecto por personajes idealizados. Aunque es muy posible que esa fuera la intención del escritor.

La cinta, insisto, es bellísima, pero cruda y agotadora, te deja cansado. No es lo que esperába ver. Al igual que con Elvis (2022) la trampa está en vender una película comercial de la que esperas levantarte muy contento y entregar una visión oscura que atenta contra el mito que te ha ayudado a sonreír en más de una ocasión. Buena cinta, publicidad engañosa. (Ab.)

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