Tendría 11 años cuando La Zona Muerta se volvió el tema de muchas conversaciones a mi alrededor. Todo el mundo hablaba de ella, pero nunca la pude ver. El título bastaba para que me pareciera interesante. La muerte me obsesiona y los fenómenos paranormales me fascinan. Pero antes de verla no sabía que era de Cronenberg, ni que estaba basada en una novela de Stephen King. Amazon la tiene en su catálogo y por fin la vi. Ahora entiendo todo el alboroto. La guerra fría y el peligro de que hubiera una guerra nuclear daba a la cinta mucha fuerza que hoy ha perdido. La cinta cuenta la historia de un maestro muy conservador que tiene un accidente idiota en un vocho. Queda en coma durante casi cinco años y se despierta con el don de leer el futuro de la persona con cuya piel tenga contacto. El don es un poquito caprichoso, pero funciona. ¿Qué carajos haces con un don así? ¿Das espectáculos por todas las ciudades, ayudas a descubrir a los culpables de crímenes con el evidente riesgo de perder la vida o hubieras evitado que el ganso se convirtiera en presidente de México?
Este hombre hace un poco de todo y sus actos le pasan factura. Gracias a Dios, antes de pagar el pato, su ex le regala una sesión de sexo, de otro modo el tipo se hubiera muerto virgen. Obviamente el mundo era una pizca más ingenuo y eso se nota. La película no busca el origen de los poderes y se conforma con corroborar que funcionen. Quizá la gracia es que quieres cambiar y que no. El protagonista cree salvar a l mundo pero no lo sabe. Quizá alguien más hubiera hecho peor las cosas. ¿Evitó una tragedia o provocó otra peor?
Si te gustó esta reseña, quizá quieras compartirla con un ateo defensor del libre albedrío.
Comentarios
Publicar un comentario