47 Ronin - Carl Rinsch (2013)
Danzando por Netflix me encontré este churro que nunca había visto. Supongo que el público objetivo de esta cinta son todos aquellos adolescentes entre 13 y 17 que todavía creen que La Biblia está llena de historias reales o todo aquel que cree posible que una mujer puede ser un dragón que se convierte en zorro para servir a un hombre. Obvio también será buena para los fanáticos de Keanu. Pero volviendo a la cinta, me quedé con las ganas de saber por qué una bruja aceptaba trabajar para un fulano cualquiera. La cinta nunca explica el origen ni las motivaciones de la guapa hechicera y por más que se trate de fantasía es necesario saber qué gana chambeando para un humano. Por otra parte, los espíritus que enseñaron a pelear a Neo, perdón, Keanu, son absolutamente incongruentes en su aparente iconografía budista.
Cabe señalar que la leyenda de los 47 Ronin es parte de la cultura japonesa, las tumbas pueden visitarse en el Templo Sengakuji en Tokio y hay muchas adaptaciones al cine, pero hasta donde entiendo no había un mestizo hijo de Jack Sparrow al frente de ellos. Si les interesa una versión breve y sin adornos de los hechos pueden leer El incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké, un texto brevísimo que forma parte del libro Historia universal de la infamia de Jorge Luis Borges.
Esta cinta es un experimento fallido que mezcló Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl (2003) con The Last Samurai (2003) y El Tigre y el Dragón (2000). El resultado es un alucine entretenido pero fastidioso. Lo mejor de la cinta es que Rinko Kikuchi luce muy sexy a ratos. (Ab.)
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