Struggle: The Life and Lost Art of Szukalski - Irek Dobrowolski (2018)


 Netflix se animó a subir este documental sobre Stanislav Szukalski, un artista polaco, escultor y dibujante, virtualmente olvidado. El documental está basado en los rollos de película que el mismo escultor aceptó grabar con su amigo Glenn Bray. Resulta muy interesante escuchar de viva voz lo que pensaba el artista y descubrir que la Segunda Guerra Mundial se encargó de borrar su nombre. El talento del hombre es evidente, te gusté o no su estilo. Hay un tanto de locura y de genialidad en su personalidad. Los videos son un testimonio de lo que sobrevivió. Nunca perdió su gusto por la vida ni su rebeldía ni su excentricidad. Este hombre tenía claro que las escuelas buscan uniformar a los hombres, homogeneizar su pensamiento, borrar las diferencias, debilitarlos y eliminar los puntos de vista que no quepan en el flujo principal. La individualidad de los humanos es vista como una amenaza. Éste y cualquier otro artista verdadero rechaza lo  aprobado, lo preestablecido y se guía con su inteligencia y su intuición. 

Szukalski rechaza ser catalogado, rechaza la domesticación y su reputación paga el pato. Para mí hay dos puntos de interés que hacen caminar el documental. Uno, la capacidad de reinventarse. Dos, la actitud punk. Es cierto que la historia lo borró del mapa y algún idiota le recrimina su pasado nacionalista, pero el tipo ya no es quien fue.


Destruyeron su obra, su reputación, su patria, su hija se alejó, los libros de arte lo omitieron, y ninguna afrenta le robó su esencia. Es un humano, está vivo, sano, fuerte, lúcido y tiene ganas de seguir creando. Eso es todo, nada más necesita.


Quien busca complacer a otros es un mentiroso o un estúpido. El instinto creativo es autosatisfactorio, no se trata de la fama, ni del dinero, se trata de ser fiel a uno mismo en todo tiempo y lugar, de decir lo que se piensa, de ser verdaderamente libre aunque seas rechazado. La prudencia está bien en ciertos ámbitos, no en el espacio creativo.


Un día puedes ser el chofer del autobús del sistema y después te pasa por encima. Acaba de suceder en las elecciones gringas. Trump dejó de ser el presidente de los Estados Unidos de América y de la noche a la mañana lo convirtieron en un viejo loco que dice mentiras y no merece un espacio en los medios.


El sistema es cabrón y ya tiene un lugar y una etiqueta para quienes no se suman a la hipnosis. No importa si eres mejor que Miguel Angel, no importa si tienes talento, no importa cuanto dinero tienes o cuán famoso fuiste o si eras un héroe nacional. O entras al aro o te desechan. La elección es tuya. El documental es claro. (Ab.)


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