Revolutionary Road - Sam Mendes (2008)
Sólo un sueño es una muy buena película —disponible en Netflix— que cuestiona el american dream. Si quieres saber qué pasó entre Leo y Kate después del ser rescatados del Titanic, este es el filme que debes ver.
Ellos están casados, tienen dos hijos y viven en una casa preciosa en los suburbios. Frank Wheeler, Leo, odia su trabajo y tiene una aventura con una secretaria. Su esposa April Wheeler, Kate, una actriz fracasada muy insatisfecha con ser un ama de casa, desea revivir el romance con su marido.
Tras un breve análisis sobre las dificultades económicas que tendrían que superar, April convence a Frank de mudarse a París. Ella trabajará para mantener a la familia en lo que él descubre el trabajo ideal.
Lo que viene después es la confrontación con la sociedad. Irse del país es un acto de rebeldía que encontrará obstáculos imprevistos, en su mayoría psicológicos. Jugar a la casita no es para todos. Una vez que te das cuenta que estás actuando, es difícil seguir cumpliendo con lo que se espera de tu personaje.
Si ustedes son el clásico matrimonio feliz y satisfecho con el mundo, no deben ver este filme. Sigan con su vida y olvídense de cuestionar los motivos de su día a día. En contraste, si tu sueño es casarte y ser feliz por siempre, deberías ver esta cinta que te ayudará a replantearte la programación social que te obliga a buscar tu media naranja.
En esta película Sam Mendes recupera el espíritu que antes mostró en Belleza Americana (1999). La cotidianidad de las familias implica un enorme esfuerzo. Para ser feliz en esta sociedad es necesario negar la realidad, comprar un personaje y quedarse en los límites del guión. Cualquier intento por romper el molde será reprimido.
Mención especial merece Michael Shannon. Su personaje, John Givings, es el único capaz de llamar a las cosas por su nombre, sus padres lo creen loco y lo mantienen medicado.
El final es maravilloso. Agridulce diversión inteligente. No se la pierdan. (Ab.)
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