La 4a compañía - Mitzi Vanessa Arreola & Amir Galvan (2016)
La 4a compañía es un filme magnífico. Por favor anímense a verlo. Sé que después de ver alguna de las nuevas películas mexicanas la decepción se asienta en el corazón y las ganas de ver cine nacional mueren en silencio. Yo dudé mucho, antes de juntar el valor necesario para apostar mi dinero a la cuarta compañía. Lo que recibí a cambió superó todas mis expectativas.
Empecemos por lo más obvio, la fotografía, el casting, la ambientación, el vestuario y los peinados son magníficos. Está todo tan bien armado que comencé a recordar las noticias que escuchaba entonces. Las historias sobre Alfredo Ríos Galeana y el Negro Durazo eran cosa de todos los días. El PRI y Jolopo eran invencibles administrando la abundancia y la inflación galopaba en libertad.
Para algunos, este viaje al pasado puede ser aterrador. Lo es, no voy a mentir, un miedo primitivo se mete en el sangre, pero hay algo positivo en revivir el terror infantil y notar que estaba plenamente justificado.
Las actuaciones son estupendas. Adrian Ladrón es Zambrano, el personaje a través de cuyos ojos conocemos la historia, su actuación es muy sobria y verosímil. Hernán Mendoza, Palafox, se roba la película, es cálido y bonachón, cruel y severo. Dario T. Pie es perfecto en un personaje cabroncito. Manuel Ojeda no se luce, no roba cámara, cumple muy equilibrado. Hay muchos actores buenos y por desgracia no conozco sus nombres.
La trama. La historia es la de un joven que ha vivido dentro del sistema penal desde muy chico y que ahora llega a la grande. En otras palabras, ya se graduó. Por robo de autos es recluido en el penal de Santa Martha. Allí, su único escape parece ser unirse al equipo de futbol americano “Los Perros”. Es aceptado en el equipo pero su ingreso incluye otras obligaciones. Nada es simple allí dentro. La pregunta lógica es: ¿podrá salir?
Es notoria la influencia de The Longest Yard - Peter Segal (2005), pero no es una copia. Hay muchas referencias a otras cintas de prisión, nadie lo niega. Aun así este trabajo es diferente, el contexto social del México de los ochentas, le brinda un tono totalmente distinto. La corrupción que organiza la cárcel no la recuerdo en ninguna otra cinta.
Cierto, no es un cine dulce y alegre, no se trata de una moraleja de superación personal y tampoco pinta un México que se extrañe. Sin embargo, está tan bien hecha que salí fascinado y con un buen sabor de boca. Tengo ganas de verla otra vez. Vayan a verla. (Ab.)
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