The Instigators - Doug Liman (2024)
LOS INSTIGADORES, en Apple, es una cinta que parece robar el esqueleto de THE TOWN (2010) y vestirlo con músculos diferentes. Es decir, aquella cinta de Ben Affleck era una versión seria, en que unos ladrones de banco en Boston tomaban malas decisiones y confiaban en su suerte hasta que se acababa; mientras que en ésta, un par de perdedores hacen todo mal y juegan sus últimas cartas en un asalto pero la corrupción de las autoridades bostonianas termina por lograr que la suerte les sonría. Centrarse en la historia es un error. Lo que resulta interesante en esta cinta son los gestos y las conversaciones. Es cierto que hay una persecución con choques que parece extraída de los ochenta, pero eso es un dulce para que las nuevas generaciones pongan atención. En realidad, la diversión es parabienes conocen la carrera de los protagonistas. Matt Damon se burla de su personaje "todo lo puedo" Jason Bourne, demostrando que ni siquiera se atreve a jalar el gatillo; mientras que Casey Affleck se aleja un poco de su deprimido personaje en Manchester by the Sea (2017) tomando una actitud relajada y positiva. Deberías ver esas cintas, antes de ver ésta porque si no eres cinéfilo, te perderás esos guiños y tendrás que conformarte con las breves apariciones de Alfred Molina, Ron Pearlman, Toby Jones, Paul Walter Hauser y Ving Rhames.
Tres cosas me parecen destacatables de esta cinta: a) Boston y su identidad corrupta. Es decir, tanto Mr. Damon como los Affleck son nativos de Boston y no sienten ningún recato en mostrar que hay criminales de bajo nivel tanto como ratotas de cuello blanco. No intentan maquillar el caos como intenta, inútilmente, Don Ganso.
b) A pesar de la corrupción, la gente no asesina a la gallina de los huevos de oro. Las autoridades hacen lo suficiente para que la ciudad se mantenga en buen nivel, con los servicios adecuados. Es decir, sus políticos trabajan por la ciudad mientras roban. No están dedicados en cuerpo y alma a sustraer fondos y destruir los servicios públicos. Hay una pizca de consciencia.
c) El alto nivel de hipocresía, mientras los verdaderos corruptos se las dan de honorables y se llevan millones, se empeñan en castigar a balazos a las pequeñas ratas que apenas sobreviven. Supongo que eso es igual en todo el mundo. El político roba y da discursos de honestidad, mientras los pequeños ladrones no sindicalizados, no pueden mejorar su condición y reciben las sanciones de ley.
A fin de cuentas, la corrupción está allí, es notoria y hace lo posible por quedar impune, pero quizá, con un poco de suerte, sirve para que los pequeños criminales corrijan sus vidas. Al menos eso es lo que invita a pensar la película. La gracia de este filme está en los detalles, así que si andas buscando algo movido como Rápido y Baboso, te vas a aburrir mucho. (Ab.)
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