Competencia oficial - Mariano Cohn & Gastón Duprat (2021)

 


En Disney Plus puedes encontrar esta cinta, con Penelope Cruz y Antonio Banderas, que se burla por igual de productores, directores, actores, maestros y alumnos de actuación. Un hombre mayor que ha hecho mucho dinero en la industria farmacéutica piensa en cómo aumentar su prestigio y entre un puente o una película, decide hacer la mejor película jamás filmada. Aunque no hay un parámetro objetivo para calificar el cine y sin haberlo leído, gasta una millonada en comprar los derechos de un libro para llevarlo al cine. Para asegurarse de que esa cinta será la mejor, contrata a la premiada y excéntrica directora, Lola Cuevas. Ella decide que no se apegará a la obra y contrata a Felix Rivero, una estrella española que ha triunfado en Hollywood (Antonio Banderas interpretando a alguien muy parecido a sí mismo) y a Iván Torres, un actor de teatro argentino que se siente auténtico representante del proletariado y parece imitar a Ricardo Darin. Son personas muy diferentes con trayectorias distantes cuyos personajes son hermanos al estilo de Caín y Abel peleando por una mujer. 

Tanto la directora como los actores son clichés que hacen de los ensayos una pesadilla. Lola asume esa postura de gurú que va a extraer de sus actores lo mejor para una película que hará historia. Felix es banal y caprichoso, una diva. Mientras Iván exhibe una ética amargada y rabiosa. De cualquier modo, los actores obedecen a regañadientes y en ocasiones contestan con mordiscos. El conflicto en este triángulo de egos que se miran con desdén provoca una tensión en la que los chistes exigen al espectador utilizar sus neuronas. 

Lola se mantiene por encima del conflicto gracias a su posición de poder (de la cual abusa) y aunque ella provocó el choque, no pierde oportunidad para mostrarse condescendiente, juzgarlos y castigarlos. Quizá la reflexión de esta cinta sea que hacer cine es una ridiculez hermosa que en ocasiones trasciende y en otras se olvida.

La película logra sus momentos más divertidos cuando los personajes se dejan llevar por la ira. Si fuera una cinta gringa, el desenlace consistiría en que los actores aprenden a complementarse, se hacen amigos y la película es un éxito. No esperes un final así. Todo absurdo y todo sacrificio es válido para crear arte. O quizá no. (Ab.)

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