The Creator - Gareth Edwards (2023)

RESISTENCIA  es el nombre en español de esta cinta en Disney Plus. Se trata de una trama muy floja con una estupenda realización. La Inteligencia Artificial está prohibida en Occidente, entiéndase América, Europa, Africa y una parte de Asia, pero se sigue fabricando en instalaciones clandestinas en el Sudeste Asiático. Una guerra en contra de los androides está en marcha. Es una versión postmoderna de Danza con Lobos (1990). El militar gringo infiltrado se enamora de la guapa mujer nativa de la resistencia y se pasa del lado de los perseguidos, sólo que en este caso son androides.  La cinta tiene un grave error, en lugar de obligarte a sentir empatía por una máquina, para que te identifiques con los androides y te preocupes por ellos, les otorgan un rostro humano que expresa emociones. Eso se siente falso y perezoso. Hasta donde entiendo, hay acuerdos sobre que los robots nunca tengan apariencia humana. Sin embargo, la cinta tiene tan buen ritmo y tantos pequeños problemas por resolver que se convierte en una experiencia agradable. La resistencia prepara su contraataque mientras te distraen con las túnicas anaranjadas de los monjes budistas. ¿Por qué los androides se convirtieron en budistas? ¿Es sólo un disfraz? ¿Utilizan los templos budistas para evitar ser atacados? Absurdo de cabo a rabo. No queda más que apagar el cerebro y dejarse llevar.

Lo peor del caso es que el robot protagonista entiende perfecto tanto el concepto de máquina como el de encender y apagar. Incluso entiende su propio poder de afectar los sistemas a su alrededor y sin embargo sigue peleando y poniendo en riesgo vidas humanas. Jamás entenderé que la gente se pelee por los robots, me parece tan idiota como pelear por una licuadora. La inteligencia artificial es una cortina de humo que esconde mecanismos de control social. Por increíbles que parezcan los resultados de una computadora, jamás será inteligente. Esa tecnología avanza con la idea de hacerte la vida fácil pero registra absolutamente todo lo que haces.

Por otra parte, resulta ididota que una IA no se replique. Es decir debe poder dejar copias de su programas en otros robots y computadoras. Aquí parece que la IA no puede desprenderse de su apariencia humana. Si mañana se prohibieran las computadoras en el mundo, todos estaríamos mejor. La ambición corporativa, respaldada por el poder del dinero, ha logrado ser más importante que el interés de la población.

Otra falla de la cinta consiste en mostrar muchas maquinas que requieren una computadora, incluso robots policías sin rostro humano, de modo que no es clara la frontera entre la informática y la inteligencia artificial. Quizá el guión debió tomar un minuto para explicar con claridad lo que está prohibido. 

Lo mismo sucede con la política internacional. No sabemos si hay gobiernos pro IA cuyas fronteras son violadas por fuerzas internacionales (no sería raro) o si hay un gobierno global que no ha podido erradicar la industria de los robots. Además si la apariencia infantil es suficiente para despistar a la policía, el creador de la IA pudo darle la apariencia de un perro y así se convertía en una amenaza invisible. Insisto, el guión es flojo, pero lo compensa con acción. Es una cinta entretenida para domingo por la tarde. (Ab.)

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