Outbreak - Wolfgang Petersen (1995)

Epidemia está en Netflix y no me parece buena idea verla, pero quizá sea necesario. No parece prudente ver este tipo de películas porque alimentan la locura de la gente. Ya en el supermercado se siente la vibra pesada y las personas quisieran evaporar con la mirada a todo aquel que se cruza en su camino hacia los vinos y licores. Ni modo. Lo que resulta útil del filme es que obliga reflexionar sobre la responsabilidad de los gobernantes en las calamidades y cómo las utilizan para su propio beneficio. Si vieron un poquito del informe, sobra decir que AMLO ya se siente Lenin en la Unión Soviética, me imagino que para la próxima saldrá con uniforme militar. La historia es que el ejército de los Estados Unidos crea un arma biológica y su vacuna. Pero el destino es cabrón y hace que el virus mute en un chango y arrase con un pueblito rural. La nueva cepa del virus se contagia muy rápido y mata a los humanos en un día. Detrás de esta bonita locura de las enfermedades como armas hay un historia de amor entre Dustin Hoffman y la muy guapa y muy joven Rene Russo. Estuvieron casados, ya se divorciaron, ambos se dedican a la epidemiología o algo así, él en el ejército y ella como civil.
Kevin Spacey hace de científico pelirrojo con sentido del humor; Cuba Gooding Jr. de soldado ejemplar pero tarado; Morgan Freeman de general con criterio flexible y Donald Sutherland de muy malo. Además tenemos la dicha de ver al verdadero Patrick Dempsey morir en calidad de redneck.
La película se divide notoriamente en dos partes. La primera es de presentación de personajes y construcción del drama. Esta es la parte buena. La parte mala es el desenlace feliz de heroísmo patriótico que cae en los peores clichés. La película se olvida del virus y se convierte en una persecución totalmente ridícula. 
Los gringos siempre tienen armas increíbles y pilotos magníficos hasta que se necesita derribar al héroe de una gringadera. En esos momentos, la estadística juega siempre a favor del bien, los corruptos recobran su patriotismo y denuncian a sus socios tan corruptos como ellos. 
Cuba Gooding Jr. hace el ridículo, pero parece pasar un buen rato. De verdad da risa con sus caras de buen soldado. Vi esta cinta en el cine hace años y la recordaba muy mala. Cuando la empecé a ver en Netflix dude de mi primera impresión. Al terminar, me calmé y me di un abrazo, no debí dudar de mi criterio. Es triste ver como un filme que invirtió tanto en su construcción se suicida de modo tan ridículo. 
El final feliz promete sanciones para el general malvado, premios para el doctor desobediente e incluso un futuro en común para los divorciados. Bueno, el final es tan glorioso que hasta los changos infectados viven felices para siempre. ¿Qué porcentaje de la información nos ocultan? (Ab.)

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