Encuentro - Ivan Löwenberg (2019)
Hoy tuve la oportunidad de ver este corto de 17 minutos que no deben perderse. Si lo ven anunciado, véanlo. No sabía qué esperar, no conozco al director. Sin embargo, tuvo la confianza y la gentileza de compartirlo conmigo. Con acciones cotidianas y concretas ubicadas en escenarios reales de la CDMX, nos presenta a dos familias. Una formada por Lulú y Aracelí (así se presenta el personaje aunque en los créditos dice Arcelia), dos mujeres de más de 70 años. Lulú utiliza oxígeno y Aracelí la cuida con cariño y con miedo, presiente que la muerte está cerca. La otra familia está formada por el abuelo, la mamá y Julián. Resulta evidente que Julián es gay y que su familia se siente incómoda con ello, intentan ocultarlo. Las historias evolucionan rápido y los caminos de las familias se cruzan para descubrir cuál es el nexo que las une.
La ropa, las locaciones y todos los objetos fueron cuidadosamente elegidos. Además la elección del elenco es magnífica y las actuaciones reposan en esos gestos que forman parte del repertorio de la familia mexicana. Con base en los diálogos y las reacciones, el corto muestra los pensamientos de los personajes, casi es posible ver sus motivaciones y su dolor. La historia es súper breve y limpia. Todo es sobrio y verosímil. Se nota el oficio y la dedicación. El cierre es contundente.
Más que un encuentro, el filme muestra la mezquindad y el reconocimiento del dolor ajeno en el propio. El hombre es el hombre y sus circunstancias. Cada cabeza es un mundo, pero el corto sugiere que cada humano vive en un infierno privado. En este caso, la posibilidad de compartir sin palabras resulta conmovedora. Es importante estar presente, darse la mano y mirarse a los ojos. (Ab.)
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