Get Me Roger Stone - Dylan Bank, Daniel DiMauro & Morgen Pehme (2017)

Por recomendación del Negro Tito (juntos hacemos el podcast Tronco Común en Spotify),  me animé a ver en Netflix esta rara avis del documental sobre Roger Stone, uno de los estrategas, quizá el único, quizá el principal, de la campaña de Donald Trump. A pesar de ser un documental, jamás se siente como tal, se trata de un filme fluido y ligero, casi un seminario de autoayuda, en el que Mr. Stone dicta sus principios para triunfar en la política y en la vida y los directores del filme acomodan material que respalde el dicho del gurú de los chicos malos. Subirse en el tren del mame de cualquier cosa es una realidad cotidiana; Stone no se sube, el inventa un tren y lo pone en marcha  de manera escandalosa y agresiva para que todos los noten. Sus declaraciones, que los medios buscan y gozan, tienen en última instancia la intención de hacer crecer el nombre de ROGER STONE. Involucrado con Nixon, lleva un tatuaje de su rostro entre los omoplatos, decidió hacer de su mala reputación su sello distintivo. Rompió el tabú de que los involucrados en la campaña electoral no debían convertirse en cabilderos. Él sabía de su influencia y la utilizó para ganar dinero sin dudarlo. La guerra sucia es parte de su estrategia y si bien al principio gustaba de estar expuesto en todo momento y lugar, ahora se ha retraído un poco. 
Roger Stone claramente señala que el odio es más fuerte que el amor, que es necesario estar dispuesto a todo para triunfar y que siempre juega conforme a las reglas, si las reglas cambian, se adapta y sigue jugando. Darle la vuelta a las reglas es su especialidad. Si lo odias es porque es eficaz.
El tipo exagera sus logros y su poder. Pero está bien conectado y conoce bien a su público: la gran mayoría silente. A ratos da risa con su horrible cabello, a ratos da miedo. Es imposible no ver lo parecido que piensan Trump y AMLO. 
Será que las estrategias de Trump son utilizadas también por nuestro mesías tropical. ¡Fuchi! ¡Guácala! Así como López copió discursos de otros, Stone hizo que Trump repitiera el eslogan de Reagan. Y funcionó. Para eso sirve un electorado sin memoria.
Este es el mundo de la política, ya sabes que es un cochinero; si te espantas, pierdes. El más sucio, el más mentiroso, el que más promesas incumpla es el mejor político. Todo se vale menos ser aburrido. 
El sistema está diseñado para que sólo accedan al poder los grandes psicópatas. Alguna carencia están supliendo mientras joden a la gran mayoría. El tamaño sí importa, me refiero al tamaño de la ambición. Roger Stone conoce su negocio. (Ab.)
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