The Old Man & the Gun - David Lowery (2018)
Un caballero y su revólver es un entretenido filme que rinde homenaje a la trayectoria de Robert Redford, quién aparentemente se despide de la actuación interpretando a Forrest Tucker. La cinta retrata los últimos años de la vida del simpático viejo asalta bancos que pasó toda su vida como delincuente y que escapó una y otra vez de prisión. La película lo pinta como alguien que robaba por gusto, que consideraba a los asaltos como un hobby, una diversión, una inyección de adrenalina. Del mismo modo en que alguien se aficiona al paracaidismo o a la pesca con mosca, este hombre necesitaba robar bancos para sentirse vivo, para ser feliz. Lo que distinguió a este ladrón fue su estilo. El hombre utilizó su carisma y no la violencia. En el filme, el personaje disfruta tanto los asaltos que los realiza con una gran sonrisa. Sin embargo, la película no es de acción, es una cinta detallista y pausada. De hecho a ratos, demasiado pausada, el forajido no puede correr, saltar o andar haciendo grandes esfuerzos, se mueve con dificultad y confía en su astucia para burlar a la policía- Aunque claro, al final, como a todos, se le acaba la suerte.
Hay un par de escenas maravillosas. En una de ellas, el policía John Hunt, interpretado por Casey Affleck, está en el banco mientras el robo está en marcha y no se entera de lo que está sucediendo. En otra, el mismo oficial charla con su hija que está preocupada. No por el peligro que implica el trabajo de su padre, sino por la ausencia de trabajo que causará la captura del criminal.
Acompañan a Redford, Sissy Spacek en el rol de novia; así como Danny Glover y Tom Waits como sus cómplices. Creo que los compinches son desaprovechados y están allí casi de relleno. La misma Sissy es casi irrelevante para la trama.
Aunque el filme tiene una música maravillosa y relajante y todo está en su lugar el filme tiene baches largos en los que no se entiende porque no está pasando algo más. Cierto, tiene grandes escenas como la conversación entre el perseguido y el perseguidor en el baño de un restaurante. Pero el resto se siente demasiado contemplativo.
Creo que la trayectoria de Redford merecía una mejor despedida pero es ésta la que quiso darse. El Sundance Kid se despide bailando a su propio ritmo, haciendo lo que se le da la gana porque se ha ganado ese derecho. (Ab.)
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