The Highwaymen - John Lee Hancock (2019)

Emboscada final es un buen filme que está disponible en Netflix. La película muestra la última etapa de la persecución de Bonnie y Clyde. Si eso no es suficiente para llamar tu atención, quizá el elenco podrá interesarte. Kevin Costner, Woody Harrelson, Kathy Bates y John Carroll Lynch participan en esta película de época. Tan sólo los autos, los sombreros y los paisajes tienen el encanto suficiente para atrapar mi atención. La historia se centra en Frank Hamer y Maney Gault, dos Rangers de Texas que son utilizados para capturar a Bonnie y Clyde. Esté par de policías son leyenda, aunque están viejos y fuera de forma, cuentan con las mañas suficientes para hacer el trabajo. El filme evita mostrar los rostros de los perseguidos y eso genera cierta tensión que me hizo recordar Señales (2002) o Alien (1979) en las que sabemos que el enemigo existe pero no podemos verlo a la cara. Ese momento está reservado para el clímax del filme.
El filme es un road movie de pareja poco dispareja y el interés radica en la química entre Kevin y Woody, más que en cómo será capturada la pareja delincuente. El título en español está tan mal elegido que te adelanta el final de la película. 
Al concluir la historia se incluye material de archivo que nos muestra a los personajes reales y la reacción de la gente ante la muerte de este par de héroes del pueblo. Para mí eso fue lo más impactante. La gente lleva vidas tan planas y tristes que adoran a cualquier famoso, algo semejante al fenómeno Kardashian.
El culto a la personalidad es capaz de hacernos olvidar a qué debe su fama una persona. La borregada requiere de ídolos que den sentido a su existencia. El talento no es indispensable.
Hablar de esto me recuerda que recientemente Jordi Évole  preguntó al jefe de la Iglesia Católica: "¿Es un sacrilegio decir que Lionel Messi es Dios?" El Papa respondió: "En teoría, es un sacrilegio. No se puede decir eso. Yo no lo creo. ¿Vos lo crees?"  El periodista contestó: "Yo sí". 
Francisco cometió un error de buena fe, su respuesta implica un reto a su propia investidura. Si él no puede creer que Messi es Dios, o no conoce a Dios o no entiende la broma. Entonces, ¿por qué alguien debería creer que el Papa es representante de Dios? Que yo sepa nunca nadie ha visto a Dios nombrar a un representante. En el caso de los Papas, el nombramiento es un producto 100% humano. La calidad de ídolo de Francisco carece del mérito que sí tiene la de Messi.
En fin, somos unos simios simpáticos dispuestos a creer cualquier clase de mentiras. Quizá por eso Bonnie y Clyde son leyendas y por eso nadie recuerda a Hamer y Gault, conste que los cuatro mataron a mucha gente. (Ab.)


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