The Beguiled - Sofia Coppola (2017)
El seductor es una copia del clásico de 1971 dirigido por Don Siegel y protagonizado por Clint Eastwood. Ambos filmes se basan en una novela escrita por Thomas P. Cullinan publicada en 1966. Sofia Coppola, con su insistente plano del frontón de la casa, pretende decirnos que su filme es neoclásico y la gente del Festival de Cannes piensa que merece el premio a mejor director. Sería bueno saber cómo llegaron a tal conclusión.
Lo bueno: La magnífica fotografía de Philippe Le Sourd, el vestuario, la locación, quizás incluso la música.
Lo malo: Aburre y decepciona.
Lo feo: Kristen Dunst luce gorda y jodida. Compara a Clint Eatswood con Collin Farrell.
Si vieron los cortos, quizá imaginaron un filme de terror. Falso, engaño vil. Huyan, no la vean. Para evitarles un mal rato y que gasten su dinero inútilmente, voy a contarles este bodriecillo.
Durante la Guerra Civil gringa, un soldado yanqui, Colin Farrell sin ganas de actuar, es herido en la pierna y se desangra tumbado en el bosque. Una adolescente, casi niña, con aparente desconocimiento del peligro o con ganas de sexo, decide ayudarlo y lo lleva a su casa.
La casa es un Instituto para señoritas, no hay hombres, sólo viven allí Nicole Kidman, como administradora de la escuela, Kirsten Dunst maestra de francés, y otras cuatro adolescentes. Como todas están sanas y necesitan satisfacer sus necesidades sexuales, mantienen al soldado enemigo como si estuviera en un spa en los que se recupera. La guerra ha sido larga y estas mujeres están en edad de merecer, de modo que pasan a verlo con cualquier pretexto. Les urge que el soldadito las atienda y él se muere de ganas de iniciar la degustación.
Al yanqui no le pasa por la cabeza que para vivir en esa casa y evitar la guerra, lo lógico es atender a la dueña del changarro. Se va por la fácil y elige a Elle Fanning. La nena está risa y risa en la cama apunto de domar a la serpiente cuando es descubierta por Miss Dunst. El soldado, un imbécil bien hecho, se levanta y sale de la habitación para convencer a la maestra de que ella es la buena. Tiene tan mala pata que de un empujoncito rueda por las largas escaleras cual muñeca de trapo. Con el escándalo todas se despiertan y acuden a ver al herido. La Kidman revisa al galán de alberca, para salvarle la vida se apresura y le corta la pierna.
Un par de días después, nuestro muchacho despierta cojo y muy encabronado. Amenaza con matarlas y Miss Dunst decide calmarlo con una sesión intensiva de sexo. Mientras el cojo feliz se desahoga, las otras deciden envenenarlo. Si no es para mi que no sea para nadie. Le preparan unos hongos venenosos con vino y mantequilla y lo sientan a cenar. En un dos por tres el yanqui estira la pata. Muerto el perro se acabó la rabia, así que lo envuelven en una sábana y lo dejan en la reja para que se lo lleve la basura.
En teoría, la película pretende explotar la envidia entre ellas, la tensión sexual, la doble moral, el miedo a la guerra y la violencia. Nada de eso logra transmitir y por eso es malísima. Quedan advertidos. (Ab.)
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