Human Flow - Ai Weiwei (2017)

Marea Humana es un documental sobre la migración que puedes ver en línea pero no gratis. Se trata de un documental incompleto y sesgado, que pese a sus defectos vale la pena. Muestra el problema de las personas que deben dejar todo atrás para salvar su vida. La perspectiva que utiliza es la de los migrantes en cuatro continentes, en: Afganistán, Bangladesh, Francia, Grecia, Alemania, Irak, Israel, Italia, Kenya, México y Turquía, entre otros. La gente no se va de sus casas por gusto. Abandona todo como última opción. Los humanos permanecen atorados por años en condiciones horribles que no saben si podrán dejar atrás. Pero según observamos en el documental los esfuerzos internacionales son poco inteligentes ya que intentan contener la migración en lugar de resolver las causas de su origen. Un gran acierto del filme es que presenta, como punto de contraste, el caso de un tigre que provocó la cooperación de algunos países para reubicarlo. La misma función de contrapeso cumplen las tomas de aves que subrayan la relatividad de las fronteras. El sistema está mal, los intereses políticos, económicos y religiosos dividen a la gente. Habría que hacer algo para mejorar la situación, pero el documental no da ni una sola idea para solucionar el enorme problema. Una falla grave de la cinta es que no distingue entre desplazados, migrantes y refugiados, utiliza el término como si fueran lo mismo y no es así. Los desplazados son los que abandonan sus tierras pero no salen del país. Los migrantes son desplazados que cruzan fronteras. Refugiados son los que después migrar y cumplir un trámite obtienen ese estatus legal. Otra falla dolorosa es que la omisión del caso del Tibet, eso se explica por la calidad de Ai Weiwei de artista emigrado y  su inestable relación con el gobierno chino. 
Su visión liberal tiene además un enorme hueco. Es incapaz de notar que los migrantes, con las carencias y salvajes abusos que sufren, no ponen un poquito de su parte para mejorar su situación. Es posible justificar su apatía ya que  están huyendo y sufriendo. Sin embargo, parecen haber perdido el sentido común. Para mí es imposible entender que sin servicios de salud, sin techo, con hambre y sin expectativas de resolver su situación, tengan hijos. 
Hay que ser imbécil o un monstruo para traer a un ser humano a vivir enjaulado sin la menor perspectiva de futuro. Sea porque no cuentan con métodos de control natal o con la educación o con la inteligencia para entender la gravedad de su situación, no hay un poco de cordura. ¿Es humano dar vida a otro ser humano en esas circunstancias? No, no lo es.
Los niños crecen atrapados y crecen y tendrán hijos en las mismas condiciones. ¿A los gobiernos y organismos involucrados no les interesa evitar el crecimiento de la población o el documental no lo muestra? 
La película muestra a migrantes sosteniendo carteles que dicen: NO SOMOS ANIMALES. Las imágenes cuentan otra historia. La ciencia afirma que somos animales y cualquiera puede notar que necesitamos respirar, comer, dormir y cagar como hacen todos los demás animales. Es irónico porque la cinta no muestra la supuesta inteligencia que debería distinguirnos de los animales. El control de los instintos brilla por su ausencia y sólo queda un animal como cualquier otro intentando sobrevivir desesperadamente.
Son miles de personas en condiciones insalubres y no hay un poco de orden. No hay organización o cooperación para educar a los hijos, ni para la construcción de una fosa séptica, ni para separar la basura. Lo único que organizan los migrantes son sesiones para orar. Así que los humanos somos animales, unos muy crédulos por cierto.
Quizá pienses que lo que pasa en el filme nunca te va a pasar a ti, pero ese optimismo tampoco es una muestra de inteligencia. Esa situación va a llegar a la puerta de todas las casas y nadie se va a atrever a decir que la sobrepoblación es un problema y ningún gobierno limita el número de hijos que cada persona puede tener, salvo China. Saludos Weiwei. Por cierto, resulta inútil que él se muestres frente a la cámara. Vanidad, mi pecado favorito.
La Tierra tiene capacidades limitadas y los humanos destinamos esos recursos a proyectos pendejos, cuando deberíamos intentar construir un orden que permita nuestra sana convivencia. El buen juez por su casa empieza. Se dan millones de Euros a Turquía para que contenga el flujo migratorio, pero no se resuelven los conflictos que originan las guerras. Las causas de la migración siguen vivas. 

Otro detalle decepcionante es que los migrantes están manipulados. La gente que se desplaza no se contenta con escapar del conflicto y tiene como objetivo un país específico. Los sirios quieren llegar a Alemania, los centroamericanos a Gringolandia.
Te recomiendo revisar la Declaración Universal de Derechos Humanos, artículos 5, 14 y 16; la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 4; y la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. Si te gustó esta reseña, compártela con tus amigos. (Ab.)







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