The Elephant Man - David Lynch (1980)


El hombre elefante
es una cinta que tiene conexión directa con El hombre que vendió su piel. Quizá lo más obvio es que un hombre parece cambiar de propietario. Pero si bien puede ser analizada en torno a la idea del Hombre-Mercancía, me parece que 
El hombre elefante analiza la fama, quizá a la política. 
La historia de esta cinta pasa por las ferias y los fenómenos de circo. John Merrick, un hombre enfermo y deforme, cuyo nombre nadie conoce, se convierte en una celebridad en Londres gracias al médico Frederick Treves y todo el mundo, incluso la Reina, lo pone en su radar. Pero la tentación de utilizar la fama para ganar dinero o hacerse de una reputación es invencible, contamina todo.  Merrick obtiene bienestar y eso permite que muestre su personalidad. Como si lo hubieran llevado con asesores de imagen, su voz mejora, sus ojos se abren, sus ropas cambian y sus modales se pulen. Pero todo es una farsa, el no podría llevar esa vida de manera autónoma. Es necesario que otros se beneficien para que él, obtenga esa calidad de vida. ¿Te suena? 

Del mismo modo que Kim Kardashian es famosa por ser famosa y su presencia atrae a mucha gente, los políticos son un estallido. Por ejemplo, Vicente Fox. Antes de ser candidato a presidente nadie lo conocía y, de pronto, ocupaba espacio en todos los medios de comunicación. Hay miles de ejemplos que se diluyen, pero de un día para otro escuchas su nombre y los ves en todas partes cuando ayer eran la nada. Las personas que mueven los hilos los escogen para dar la cara y ese humano es exhibido y utilizado. Obviamente no me refiero a gente que hace campaña por doce años como Lula, me refiero a esos que de un día para otro están allí, como Adán. Nadie los conoce, jamás habían hecho algo que merezca atención. Pero el dedo, ese dedazo, los pone bajo la luz.

Claro que ningún hombre es una isla, pero Merrick no pasa de obtener una vida decente, el doctor Treves es el más beneficiado y mientras presume de su gran corazón decide qué se hace con el monstruo. El médico es muy vanidoso y no pregunta qué hace su paciente durante la noche. No se interesa en él, no es su amigo y sólo se cuestiona cuando se lo hace notar la enfermera. 

Del mismo modo en que los políticos utilizan una causa o al "pueblo", así usa el doctor al enfermo. Pero de igual modo, los empresarios utilizan a un mono para convertirlo en político. La cadena parece estar en todas partes.

La película tiene errores absurdos: la idea de evitar los espejos, cuando John tiene ventanas en que puede ver su reflejo; la reacción mega super exagerada de las mujeres al ver a John; y que lo pasen de un ático a una habitación con vista a la calle cuando el mundo quiere verlo.

La interpretación más clásica de esta película señala que el monstruo es menos monstruo que los humanos normales. Mientras John usa la capucha, casi pasa desapercibido; pero cuando muestra su rostro, se exhibe la monstruosidad de  todos los humanos alrededor. Este filme es un clásico maravilloso. (Ab.) 

Si quieres ser famoso, comparte esta reseña.

 

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